¿Engaños en programas sociales?

¿Engaños en programas sociales?


Una extensa zona boscosa –de más de 2 mil 84 hectáreas– del Corredor Biológico Mesoamericano ahora pertenece a la sociedad Imataca, S.A. y a las fundaciones Reserva Ecoclé y Eco2 Panamá, inscritas por venezolanos con vínculos entre sí.

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Las conexiones de un ‘negocio’ de tierras en manos de extranjerosAnati, en otro lío de tierras en ColónVentas bajo la sombra estatalInvasiones, minería ilegal y narcos

Se trata de un acaparamiento de tierras, gracias a la ejecución de acelerados procesos de titulación en la Autoridad Nacional de Administración de Tierras (Anati), realizados entre diciembre de 2012 y junio de 2014.

De esa cantidad, unas 640 hectáreas de bosques –entre ellos, vírgenes– fueron adjudicadas a Imataca, registrada el 21 de noviembre de 2012. Esta sociedad la preside Juan Pablo Brons, venezolano que asegura ser quien tramita la titulación de esas tierras, así como de otras que esperan firma en la Anati y que reclaman él y otras 29 personas, todas relacionadas entre sí.

En su momento, Brons aseguró que todo el trabajo de titulación lo hizo gratuitamente, por “amistad”. Casi tres años después de una entrevista con La Prensa, no es de lo único de lo que se siente orgulloso. Confirmó que “ya me he especializado” en los trámites de tierras, ya que “me explicaron cuánto es de tierra por persona”.

Irónicamente, luego de que estas personas –supuestos poseedores de las tierras–, pagaron por la titulación entre 78 dólares y 300 dólares, en el Registro Público aparece que Brons –a través de Imataca– pagó cerca del mismo precio del valor catastral de las fincas, con una diferencia de tan solo de entre 2 dólares y 25 dólares por finca a los supuestos dueños, como monto máximo.

En una entrevista con este medio el 7 de octubre de 2013, Brons aseguró que, “por el momento”, no compraría los terrenos adquiridos por los otros miembros del grupo, pero solo dos días después –el 9 de octubre de ese año– fueron notariadas las primeras 6 de un total de 16 fincas que compró Imataca.

Luego, y siguiendo el mismo patrón, el 14 de julio de 2014, se notariaron otras 7 fincas a favor de Imataca. Esta sociedad también la integran la esposa de Brons (Daniella Príncipe) y Andrés Warnken, su socio.

también descubrió que entre Brons, su esposa y su suegra (Libia Fuenmayor, ambas venezolanas), titularon otras 337.1 hectáreas, y tienen otras 98 hectáreas por titular.

Ahora, Brons dice que no quiso negar que compraría las tierras de inmediato. “Nosotros nos asesoramos legalmente de cómo se titula”.

Y hoy que sabe cómo se hace, Brons se queja de la ley vigente, ya que solo permite titular parcelas pequeñas y, a juzgar por lo que dice, al venezolano le parecen pocas las más de 2 mil hectáreas que ha titulado o que están en ese proceso. “Tenemos la esperanza –dijo– de que el Gobierno emita una ley para incentivar a los inversionistas nacionales y extranjeros y permita titular extensiones más amplias”.

Y dado que se ha convertido en terrateniente y de que en Panamá se siente “muy contento”, Brons inició el trámite –en octubre de 2015– para nacionalizarse. “Yo tengo una visa que me permite la nacionalidad y la residencia permanente, pero cuando yo la quiera pedir me la dan”, dijo, muy seguro.

MÁS QUEJAS

Brons confesó que fueron beneficiados con fincas obtenidas gratuitamente, a través de títulos de propiedad concedidos por la Anati en Colón. Pero consideró que el proceso fue “lento e irregular”.

¿Por qué fue irregular?, preguntó La Prensa.

“Cuando hemos titulado, ha sido casi siempre por las entregas masivas [de tierra]. Parece que no hacen nada [en la Anati] y, de repente, están todos apurados, pero luego se van para otras áreas”, se quejó, pese a que la titulación de sus tierras se hizo en procesos inusualmente veloces.

El venezolano confirmó que todos los solicitantes de tierras están vinculados entre sí. Él y Warnken, por ejemplo, buscaron a familiares y amigos. Igual hizo su socio Manuel De La Cruz para obtener los títulos de propiedad.

“Y así lo fuimos haciendo… Son amigos que nos están ayudando a titular”.

¿Pero no están engañando al Estado?, preguntó La Prensa.

“¿A quién? Ellos [la Anati] están perfectamente al tanto y, bueno, se les pidió el favor [a los familiares y amigos] de que nos ayudaran”, dijo Brons.

“No estamos engañando a nadie –dijo Warnken– esas tierras se compraron, entonces no hay forma de engañar a nadie. ¿Cómo engañas a alguien que le compras un bien y le pagas un dinero?”.

Entonces, ¿a cuántas personas incluyeron en estos trámites?

Tras mirarse mutuamente y largos segundos de silencio y contando con sus dedos, Brons y Warnken aseguraron que eran 23 personas en total. Sin embargo, la investigación de este medio detectó la vinculación de, al menos, unas 30 personas.

En octubre de 2013, Evelio Rubio –suegro de Warnken y supuesto dueño de 123.8 hectáreas de tierra– aceptó poner su firma en las solicitudes de tierra “para que se diera ese negocio”, pero desconocía “cuánto dinero hay ahí”.

¿PATRIMONIO SEGURO?

La inscripción de fundaciones es otra idea de los venezolanos para acaparar más tierras. Warnken preside la Fundación Reserva Ecoclé, propietaria de 726.3 hectáreas, aglutinadas en 21 fincas. La fundación fue registrada el 10 de septiembre de 2014. Tres meses después –en diciembre de ese año– se notariaron a su favor las primeras 10 compras de fincas.

A simple vista se observa una compraventa normal en el Registro Público, a diferencia de los pagos que recibieron los supuestos vendedores. Por ejemplo, una persona pagó 78 dólares a la Anati por 12.3 hectáreas (que equivale a menos de un centavo el metro cuadrado), pero solo ganó 2 dólares cuando le vendió–en 80 dólares– la misma finca a Warnken.

Por otras 46.8 hectáreas un miembro del grupo pagó a la Anati 282 dólares (también menos de un centavo el metro cuadrado), y el vendedor, a cambio, obtuvo 4 dólares de ganancia cuando le vendió la tierra a Warnken.

El 25 de septiembre de 2014 –15 días después de inscribirse la Fundación Reserva Ecoclé– se creó la Fundación Eco2 Panamá, integrada por Brons, su esposa y una de sus sociedades: Bromer, S.A., que ya acumula 421 hectáreas. Como en el caso anterior, los que le vendieron sus fincas solo obtuvieron 4 dólares de ganancia por cada finca.

BREVE SUSPENSIÓN

En junio de 2015, se promulgó en Gaceta Oficial una resolución de la Anati que suspendía todas las titulaciones de tierra en Coclé del Norte y San José del General. La razón de ello era que se buscaba “definir las condiciones de adjudicación” en esas zonas. Pero duró poco la suspensión, ya que en mayo pasado se levantó la medida.

El administrador de la Anati, Carlos González, afirmó que fue una suspensión parcial, y que “eso se ha hecho porque hay una parte de Coclé del Norte que está fuera del área de conflicto, y la gente se estaba quejando de que sus expedientes no estaban caminando por el tema de la investigación”.

González agregó que en San José del General no han terminado de revisar, pues continúan investigando las titulaciones. Incluso, en Coclé del Norte, porque “existen unos planos que todavía no están cuadrando”.

Pero, para Brons y Warnken, el restablecimiento del proceso de titulación es una “noticia alentadora”, porque es una señal de que “los trámites estaban bien”, dijeron.

‘EL NEGOCIO’

Los negociadores aseguran que una de las formas de sacar provecho a la tierra acaparada es vender bonos de monóxido de carbono. “Hay gente que se quiere sumar al proyecto de bonos de CO2, pero necesita que terminemos los trámites”, dijo.

Consideran que no tendrán problemas en vender los bonos, ya que uno de sus mayores atractivos, dicen –irónicamente– es que la zona pertenece al Corredor Biológico Mesoamericano.

En tanto, González afirmó que todavía no han dado ningún título en el área y “posiblemente no lo demos pronto tampoco, pero lo que no podíamos hacer era parar los expedientes desde el inicio, porque el trámite de titulación que dura alrededor de un año no podría ni siquiera comenzar”, expresó.

Lo planteado por González contrasta con el tiempo récord que demoraron Brons y Warnken en titular la tierra.

HABLA SUPUESTO ‘SOCIO’

“Ya que ellos me consideran socio, no tengo problemas con eso, pero ellos son mis clientes”, aseguró Manuel De La Cruz sobre su participación en el negocio de la venta de bonos de CO2.

De La Cruz dijo que conoció a Brons a través de un abogado y desde entonces le hace trabajos de medición de tierras, pero que no tiene los recursos económicos “ni los contactos” para hacer negocios. “Tengo una empresa pequeña, yo no tengo dinero para hacer todo ese proyecto ni los contactos y ellos sí”, dijo.

Pero confirmó que sí fue el contacto de los venezolanos, ya que son tierras “superbaratas, a 500 dólares por 10 o 5 hectáreas. Están regaladas”, afirmó con entusiasmo. Asimismo, señaló que intentó hacer “un bloque” con amigos para comprar las tierras, pero “ellos me dijeron tú estás loco, eso es pura montaña, allá no hay nada”.

Cuestionado sobre las tierras que posee en Coclé del Norte, confirmó que vive en Villa de las Fuentes, pero pidió a su hermano y cuñada reclamar 500 hectáreas a la Anati que supuestamente obtuvo en pago a trabajos hechos , a campesinos del área.

“Yo como persona, puedo nada más titular 200 hectáreas. La ley lo dice, entonces tengo a mi hermano (Ángel De La cruz y Aminta Alveo, cuñada) y compré 500 hectáreas”.

Bueno, le compré a residentes en la zona, pero no en los proyectos mineros, sino que yo les ofrecí medir las tierras y ellos me pagaban con terrenos”.

Luego confirmó que su esposa, Sonia Guerra Mendoza, también solicitó otra parte de los terrenos y que por ahora llevan 110 hectáreas tituladas. Pero, omitió mencionar que un familiar de su esposa (Antonia Mendoza) también prestó su nombre para solicitar tierras. “Pensé que no era importante”, señaló.

En cuanto a lo que dijeron los venezolanos, que él tenía a amigos titulando, De La Cruz respondió: “Yo solo tengo familiares. Ellos solo saben lo que les he dicho; tampoco tengo que darle toda la información a mis clientes”, indicó.

Cuando se le cuestionó sobre por qué no pedir tierras a su nombre, respondió cándidamente que era porque tiene otra solicitud de tierras en Chiriquí y después Anati no se las entregaría.

¿Qué opina que Brons y Warnken han logrado titular rápidamente?

“Yo creo que es un problema de contactos. Ellos conocen a mucha gente aquí en Panamá, es un mundo en el que yo no me muevo, yo solo conozco a los técnicos, pero a los directores...”.

En la Gaceta Oficial, este medio detectó que la finca de la esposa del topógrafo aparece como colindante de personas vinculadas a Brons y Warnken, y que los trámites de solicitud de tierras coinciden con los realizados por estos, pero De La Cruz negó tales vinculaciones.

Otra de las coincidencias es que, como en los casos anteriores, los familiares del topógrafo no conocen la zona.

De La Cruz narró que tiene que salir a las 5:00 a.m. de su casa para iniciar la travesía a esos terrenos. ¿Dónde se queda a dormir? “Allá uno hace campamento”, dijo.

¿Con estas titulaciones no considera que se esté engañando al Estado?

No, yo creo que no. Todos mis clientes funcionan así, nacionales o extranjeros.

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