La carencia de médicos y enfermeras en Panamá es un problema recurrente. Aunque se cumple con los estándares internacionales de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sobre la cantidad que debe haber en relación con la población, aún hay un desafío: mejorar la distribución del recurso humano.
El último informe de la Contraloría General de la República sobre el tema, dado a conocer en mayo pasado, indica que hasta marzo de 2017 se contabilizaron 6 mil 523 médicos y 5 mil 929 enfermeras en las instalaciones del Ministerio de Salud (Minsa), Caja de Seguro Social (CSS) y otras dependencias sanitarias en el país, lo que representa una densidad de 30.3 profesionales por cada 10 mil habitantes.
La OPS establece que la cantidad ideal es 25 profesionales por cada 10 mil habitantes.
Pero la distribución no es equitativa y la carencia de personal es notoria en las provincias de Bocas del Toro y Darién, así como en las comarcas Guna Yala, Ngäbe Buglé y Emberá. Allí no se llega ni a 20 profesionales por cada 10 mil habitantes.
En la comarca Guna Yala, por ejemplo, hay 14 médicos y enfermeras por cada 10 mil habitantes; en la Ngäbe Buglé, 2.5; y en la Emberá, 0.8, lo que deja en evidencia un problema que debe atenderse con urgencia.
En el otro lado están las provincias de Herrera, Los Santos y Panamá, donde existe una mayor presencia del personal de salud.
La situación no es muy diferente a la de hace dos años, cuando el Minsa publicó un informe que indicaba que había 4 mil 644 médicos y 4 mil 383 enfermeras, lo que representaba una densidad de 29.2 profesionales por cada 10 mil habitantes.
De igual modo, ese documento mostraba la carencia de personal sanitario en las provincias de Bocas del Toro y Darién, así como en las comarcas.
Causas
Expertos en materia de salud coinciden en que este problema no se logra superar por varios factores, como que los profesionales no quieren trabajar en las áreas de difícil acceso, la falta de planificación académica y la carencia de medicinas e insumos.
El director de la CSS, Alfredo Martiz, dijo que el principal inconveniente es que hay médicos y enfermeras que no quieren trasladarse a estas áreas y no se les puede obligar.
Agregó que en la CSS dirigen esfuerzos para que los médicos que se están especializando se comprometan a ir a trabajar en determinado lugar del interior del país, aunque se han encontrado casos en los cuales se niegan.
“Cuando estos casos se presentan, que no son la norma, sino la excepción, los obligamos a pagar íntegramente la inversión que la institución realizó en su formación”, expresó Martiz.
Para Marcos Young, asesor académico del Minsa en este tema, la poca planificación en la formación del personal sanitario es la causa histórica de esta situación.
Young explicó que la formación del recurso humano toma años, porque se requiere que sea altamente calificado.
Actualmente, el Minsa trabaja en la formación de 4 mil 919 profesionales, con una inversión de $10 millones y apoyo del Ministerio de Educación, la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, las universidades de Panamá, Autónoma de Chiriquí y Especializada de las Américas, entre otras entidades.
Por su parte, la presidenta de la Asociación Nacional de Enfermeras de Panamá, Ana Reyes de Serrano, argumentó que parte del problema radica en que hay enfermeras graduadas que no son nombradas, mientras que en los subcentros, centros de salud y policlínicas no hay suficientes profesionales. Incluso, dijo, una sola enfermera lleva varios programas del Minsa.
También reconoció que muchas prefieren ser nombradas en zonas cercanas a donde residen.
“Las ventanas rotas en nuestro sistema de salud no son atribuibles a un sector exclusivo, porque la burocracia, al momento de hacer un trámite, juega un papel importante”, dijo, a su vez, el exministro de Salud José Terán.
No obstante, acotó que debe haber una visión de Estado para tratar el tema, porque si actualmente no hay la cantidad necesaria de médicos, menos la habrá en el futuro con todas las obras sanitarias en marcha.
Datos de la Contraloría dan cuenta de que en el país hay 910 instalaciones de salud, de las cuales, 831 son del Minsa y 79 de la CSS.
Además, el Minsa espera la entrega de cuatro hospitales de segundo y tercer nivel de complejidad, entre ellos, el Manuel Amador Guerrero y el Anita Moreno, en las provincias de Colón y Los Santos, respectivamente, y cinco Minsa-Capsi este año.
En cambio, la CSS aguarda por la Ciudad de la Salud, obra que fue adjudicada en el año 2011 y tiene un avance del 56%.
Formación
En la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá ingresan cada año 300 estudiantes, pero solo se gradúan 150.
La situación se puede agravar, ya que las actuales instalaciones no presentan las mejores condiciones.
De hecho, el decano de la Facultad de Medicina de la UP, Enrique Mendoza, explicó que si no se construyen las nuevas instalaciones, tendrán que reducir el ingreso a la Escuela de Medicina de 300 a 100 estudiantes por año a partir de 2020.
Añadió que desde el próximo año no aceptarán más estudiantes de Radiología Médica, Salud Ocupacional y Urgencias Médicas, ya que la actual instalación fue construida para 100 estudiantes y tiene, al menos, 2 mil.
“Estamos trabajando con una superpoblación estudiantil”, advirtió.
Para el decano de la Facultad de Medicina, se debe trabajar en la formación de más especialistas, ya que se requieren en el país.
La escasez de médicos especialistas es notoria en neurología, nefrología, endocrinología, reumatología, patología, gastroenterología, entre otras.
