El juicio oral a Ricardo Martinelli se inició hace 110 días y, hasta ahora, han desfilado ante el estrado 17 testigos solicitados por la fiscalía, de los cuales 7 son víctimas de los pinchazos que presuntamente ordenó el expresidente.
Según la lista original proporcionada en el escrito de acusación y por la defensa, todavía faltan casi 80 testigos, aunque la fiscalía informó que finalmente no todos serán llamados, a fin de agilizar el juicio. (Ver tabla).
El fiscal Ricaurte González sostiene que la defensa del exmandatario no ha podido refutar la interceptación de correos electrónicos y conversaciones telefónicas.
Entre los testigos que ya han comparecido, hay funcionarios y exfuncionarios del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) -como Júbilo Graell, Javier Quirós, Elvin Ortiz, Julio Palacios y el testigo protegido identificado con el número 8430145-, que han confirmado que en la entidad operó un grupo especial a cargo de espiar “objetivos” políticos, en el edificio 150 del cerro Ancón, entre los años 2012 y 2014.

Varios confesaron haber sido entrenados por ciudadanos israelíes en el manejo de equipos de espionaje.
El testigo protegido incluso reconoció haber integrado dicho grupo especial, y que todas las mañanas, Ronny Rodríguez -entonces subdirector del CSN- acudía a la Presidencia de la República, para entregar un sobre con la información obtenida, a Martinelli.

Algunos agentes también declararon cómo se realizó el traslado de un rack (donde estaba uno de los equipos) del edificio 150 en Ancón a la Presidencia de la República, y de ahí a las oficinas del Súper 99 -propiedad de la familia Martinelli- en Monte Oscuro.
Dos de los testigos-Graell y Quirós- incluso reconocieron haber participado personalmente en el traslado del equipo, junto a Ronny Rodríguez.
El fiscal alegó que la teoría de la defensa, de que se trata de una gran conspiración política contra Martinelli, pierde fuerza ante el testimonio de agentes, empresarios y políticos que ya han contado a los jueces que sus comunicaciones fueron interceptadas sin autorización. En total, hasta ahora siete víctimas han declarado cómo fueron espiadas por presunta orden de Martinelli. Algunos, como Mitchell Doens, incluso narraron cómo el propio Martinelli les confió que los tenía pinchados.
Todo fue ‘fabricado’, dice la defensa
Carlos Carrillo, coordinador del equipo de abogados de Martinelli, insiste en que hasta ahora la fiscalía no ha podido presentar un testigo que vincule al exmandatario con los pinchazos y que la declaración del testigo protegido quedó -según él- invalidada tras descubrirse que el autor de siete correos que estaban en la dirección bradpty507gmail.com fue supuestamente Rolando López, jefe del CSN en el gobierno de Juan Carlos Varela.
Para Carrillo, se trató de una elaborada estrategia en donde hubo fabricación de pruebas.
Roniel Ortiz, también de la defensa, alegó que el testigo protegido 8430145 mintió al señalar que declaró voluntariamente, y recordó que un testigo de la fiscalía relató que observó cuando a esta persona lo mantenían dentro de un vehículo, un día en que Varela y López realizaron una visita a las instalaciones del edificio 150.
