Frank De Lima y su repentina bonanza

Frank De Lima y su repentina bonanza


El exministro Frank De Lima negó haber recibido $7 millones en coimas de Odebrecht, como lo han denunciado delatores locales y extranjeros, y aseguró que los acuerdos de delación están amañados. Pero él y su familia más cercana experimentaron una bonanza desde que ingresó al servicio público en el gobierno pasado.

Entre algunas de las propiedades vinculadas al exministro figura su residencia, en Costa del Este, que adquirió a un costo de medio millón de dólares en 2012.

También compró una propiedad en Playa Blanca, que evitó decir a La Prensa cuánto pagó por ella, pero según los apuntes en su declaración jurada, serían $250 mil, y cuya propietaria era su hermana. Fue a través de ella que también tramitó otros bienes, entre ellos, un apartamento en San Francisco donde vivía previamente.

Los bienes vinculados a su familia incluyen una villa campestre en el distrito de San Carlos, que De Lima visitaba periódicamente y que asegura es de su padre. La construcción –que se hizo sin financiamiento– se ubica en un apartado sector montañoso. La Prensa intentó hablar con el padre del exministro, pero se negó.



El exministro disfrutaba una vez al mes de esta villa, ubicada en el distrito de San Carlos.

DE LA AUSTERIDAD A LA OPULENCIA

El extitular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) Frank De Lima –actualmente detenido en El Renacer– pasó de tener una vida de austeridad, antes de ser funcionario, a la de una persona acomodada, que pudo comprar varios inmuebles en sitios exclusivos.

La bonanza que experimentó De Lima tras ingresar al gobierno –primero como viceministro (2009) y luego como ministro (2012)– permeó a su familia más cercana, con inmuebles a su nombre, cuyo origen se han negado a explicar.

Sus amistades –una decena de amigos y conocidos entrevistados por La Prensa– lo recuerdan como “Frankie” y también su carro: un Volkswagen “destartalado”, heredado de su madre. Pero antes de ser detenido, De Lima se desplazaba en un BMW 528i, que declaró bajo juramento haber comprado antes de entrar al gobierno.

Su vida –según sus amigos– era la de cualquier profesional de clase media, incluyendo periodos de austeridad y desempleo, aunque nunca dejó de ser ambicioso.

Su única propiedad conocida, antes de entrar al servicio público, era su casa en Villas del Golf, en calle Primera, Parque Lefevre, comprada de segunda mano, cuya hipoteca seguía pagando poco después de haber salido del gobierno.

Su mayor “inversión” en 2009 fue separar un apartamento en el edificio Splendor By The Park, en la vía España, con 8 mil dólares, cuya hipoteca no tramitó.

Entrevistado por La Prensa (antes de su detención), sobre lo que hacía previo a ser viceministro, dijo ser un asalariado y que para “rellenar” hacía consultorías. ¿Quién las encargaba?, preguntó La Prensa. “Amistades”, respondió.

De Lima también había trabajado en una empresa de chapistería de su padre, oficio por el que es recordado entre sus amistades. También en un proyecto del Banco Mundial y en Multibank. “Fui a trabajar con Ricardo Martinelli en el [Súper] 99. En ese interín [sic] también hacía un poco de consultorías financieras, trabajé en la campaña política y después entré al gobierno”, explicó.

Su llegada a Importadora Ricamar en 2006, de la mano de Demetrio Jimmy Papadimitriu –su compañero de universidad en Boston– para trabajar en la campaña de Martinelli sirvió de puente para convertirse en el jefe de las finanzas públicas.

LA CASA DE LA PLAYA

Uno de sus sueños, dicen sus amigos, era una casa playera. En 2011 –en su segundo año de ser funcionario del gobierno de Martinelli– separó una en Casamar, en San Carlos (un proyecto del expresidente Martinelli). De Lima pagó 30 mil dólares, pero luego desistió de la compra.

Ese mismo año se decidió por un apartamento en el P.H. Playa Blanca, en Río Hato (Coclé), que pertenecía a su hermana, quien lo compró por 165 mil dólares en 2006. Este inmueble estaba entonces, y sigue estándolo, a nombre de la sociedad Sacchi Management, Corp.

Según su declaración de bienes, De Lima compró 50 acciones por 5 mil dólares de Sacchi Management, Corp.

¿Cuánto pagó por este inmueble, cuyo costo original fue de 165 mil dólares?

De Lima se negó a decirlo. “Fue un arreglo entre mi hermana y yo”, cortó. Pero el exfuncionario –de su puño y letra– escribió en el formulario que usó para calcular su última declaración patrimonial que el “valor de adquisición” fue de “250 mil dólares”.

'OTROS AHORROS'

Antes de su detención, De Lima residía en la exclusiva zona de Costa del Este, en el Bayside Condominium. Un apartamento de 293 metros cuadrados con vista al mar, que adquirió por medio millón de dólares. “Me mudé a Costa del Este porque mi esposa vivía allá y quería seguir viviendo allá”, alegó el exfuncionario.

Para ello, en 2012 abonó 250 mil dólares en efectivo y financió la mitad. Según De Lima, el efectivo fue producto de la venta de un apartamento que compró en junio de 2009 en San Francisco, en el edificio Privé, en el que figuraba como propietaria su hermana, y la ganancia de la venta de la opción de compra en Casamar y “otros ahorros”.

Pero, para esas fechas, De Lima contactó, por lo menos, a un intermediario para que recibiera –a su nombre y secretamente– $2.5 millones, al menos, en coimas pagadas por Odebrecht, confesó este delator. Según estos delatores locales y brasileños, De Lima recibiría $7 millones en coimas de Odebrecht, a través de sociedades con cuentas en Andorra.

MANSIÓN CAMPESTRE

Nadie imaginaría que en la inaccesible comunidad de El Palomar, en el distrito de San Carlos, por una vía sin asfalto, se ubica una residencia que, vista desde el aire, es de las más grandes y vistosas y que el exministro frecuentaba, al menos, “una vez al mes”.

Posee piscina, ambientada con rocas artificiales, jacuzzi y tobogán, invernadero y columpios y otras facilidades para niños. Su dueño –en el papel– es el padre del exministro, de más de 70 años de edad. A pocos metros de la cerca y puerta de acceso de la villa fueron construidas tres casas secundarias.

Tiene una fuente de agua frente a la casa principal y, en la parte posterior de esta, una amplia terraza abierta, contigua al jardín.

“Ahí viven mis papás ... No sé cuál es el morbo. Es su residencia principal”, respondió el exministro.

La propiedad está a nombre de la sociedad La Vistada, S.A., presidida por su padre, Frank De Lima Vargas.

La compra de la tierra, de 2 hectáreas, por 160 mil dólares, la creación de la sociedad y su construcción se dieron en 2011, siendo miembro del gabinete de Martinelli.

El terreno del palacete se compró a nombre de La Vistada, S.A.,  presidida por su padre, Frank De Lima Vargas.

Las mejoras –sin declarar al Registro Público– empezaron a construirse en diciembre de 2011, con la siembra de la grama. No hubo financiamiento bancario. De Lima dijo que su padre “la fue haciendo poco a poco”, con sus “ahorros”. “Ahí no hay nada, eso es puro potrero ... es llegando a lo que llaman La Laguna [de San Carlos]... Ningún banco le iba a dar un préstamo hipotecario”, sostuvo el exministro.

El valor de la propiedad es de unos $330 mil dólares  –según el exfuncionario– que pagó su padre, jubilado, que se fue a Estados Unidos agobiado por problemas económicos de su taller y que había jurado no volver a Panamá.

“Sí, hubo una inundación [del taller], las ventas bajaron... La empresa se vendió, se pagaron las deudas que se tenían. Mis papás tenían otros ahorros y se fueron a vivir a Estados Unidos. Mi papá, en un momento dado, sí, de repente dijo que no quería regresar”, acotó De Lima.

Explicó que su padre se fue en 2002, con $500 mil en ahorros, recibió una herencia, trabajó en bienes raíces, hizo inversiones, y ocho años después –en 2010, cuándo él era viceministro– retornó.

Es decir, su padre se recuperó económicamente en bienes raíces en Estados Unidos durante la peor crisis causada por las hipotecas basura. Gracias a ello, pudo regresar a Panamá y construirse una villa. La Prensa lo contactó para hablar de esta casa, pero colgó tras advertir disgustado: “No doy declaraciones”.

UN PATRÓN DE COMPRAS

La Vistada, S.A., tiene entre sus directivos a prestanombres de sociedades del bufete Quijano y Asociados. Estos dignatarios (con excepción del presidente, Frank De Lima Vargas) son los mismos de Hina Management, a través de la cual, el exministro compró su apartamento en el Bayside Condominum, en Costa del Este.

Con ellos mismos se creó, en mayo de 2014, One Consulting Inc., consultora que según su página web lideran el exministro De Lima y su esposa Kristelle Getzler, exdirectora de la Secretaría Económica de la Presidencia, cuyas oficinas se ubican en la torre Aseguradora Ancón, también Costa del Este.

Los dignatarios de La Vistada son los mismos de la sociedad dueña del apartamento en Playa Blanca (Sacchi Management Corp.), que compró el exministro. Pero a su nombre, Frank De Lima Gercich, no hay inmueble alguno inscrito en el Registro Público. Solo un auto de 2007, que canceló en 2016.

En el último comunicado de De Lima –de la semana pasada– niega “rotundamente las acusaciones que se han hecho en mi contra, desprendidas de los referidos acuerdos de delación”.

Esos acuerdos “se hacen en el marco de un proceso amañado, plagado de irregularidades y vicios cometidos por el Ministerio Público”, asegura. Pero que, pese a las irregularidades, vicios, falsedades del Ministerio Público, “confío en que la verdad prevalecerá y probaré públicamente mi inocencia”.

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