Los gobiernos centraron ayer su atención en una posible nueva ola de ciberamenazas, después de que el grupo que filtró las herramientas estadounidenses de piratería informática usadas para lanzar el ataque global del ransomware Wanna Cry advirtió que podría liberar más códigos maliciosos.
La campaña de extorsión cibernética de rápida expansión, que ha infectado más de 300 mil computadoras en el mundo desde el viernes, amainó por segundo día consecutivo ayer, pero la identidad y los motivos de sus creadores siguen siendo desconocidos.
El ataque incluye códigos que pertenecen a la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA, por su siglas en inglés) y fueron filtrados en internet el mes pasado.
Shadow Brokers, el grupo que se adjudicó la responsabilidad por el hecho, amenazó ayer con divulgar más códigos para permitir que piratas informáticos ingresen a las computadoras, el software y los teléfonos más usados del mundo.
En un blog, el grupo prometió que desde junio comenzará a entregar software a quien esté dispuesto a pagar para tener acceso a algunos de los mayores secretos comerciales del mundo tecnológico.
Shadow Brokers también amenazó con liberar información sobre los bancos que usan la red internacional de transferencia de dinero Swift y de los programas nucleares y de misiles de Rusia, China, Irán y Corea del Norte, sin dar otros datos. “Más detalles en junio”, prometió el grupo.