La única vez quePanamá convirtió el balboa en papel moneda circuló solo por unos días, y luego de ser retirado de las calles fue incinerado.
Sucedió así: El 2 de octubre de 1941, el entonces presidente panameño, Arnulfo Arias Madrid, vio concretarse su iniciativa de distribuir billetes de balboa entre la población, pero siete días después fue depuesto y una de las primeras decisiones de la nueva administración fue prescindir de aquel dinero, ordenando que fuera quemado el 13 de junio de 1942 en los talleres del Colegio Artes y Oficios.
Los efímeros billetes, impresos por la Hamilton Bank Note Company, tenían denominaciones de 1, 5, 10 y 20 balboas; lucían tonos verdes, rojo, azul, sepia, lila y mamey; y llevaban imágenes de Vasco Núñez de Balboa, la torre de Panamá Viejo y una carreta con bueyes.
Es uno de los acontecimientos más extraños de la historia de las monedas nacionales, destaca el Catálogo Numismático de Panamá (1580-2015), presentado durante el III Congreso Centroamericano de Numismática, desarrollado hace unas semanas en el país.
El documento registra al detalle el devenir de las monedas de Panamá y otras anécdotas, como la aparición de la expresidenta Mireya Moscoso en la serie alusiva a la reversión del Canal en 1999, convirtiéndola en la única persona viva que figura en una moneda panameña y una de las pocas personas en el mundo que, en vida, aparece estampada en una moneda, igual que los reyes y reinas de Europa o dictadores africanos o árabes, amplía Juan Carlos Jiménez, autor del libro.
LOS ACONTECIMIENTOS
La historia de las monedas que han circulado en suelo istmeño empieza con los escudos de oro, reales de plata y maravedís de cobre que trajeron los españoles durante la colonización.
Pero las primeras monedas que se acuñaron en Panamá datan de 1580, cuando empezó a funcionar una ceca o fábrica de monedas, establecida por el rey Felipe II y cerrada en 1583.
El catálogo recoge que el libro The Forgotten Mint of Colonial Panama (2005) de Jorge A. Proctor logró identificar 15 tipos de monedas producidas en la ceca de Panamá, y así le sacudió el halo mitológico que arrastraba este episodio de la numismática panameña, resalta Jiménez.
En los siguientes siglos, sucesos históricos como la etapa departamental colombiana, la construcción del ferrocarril, el canal francés y la ocupación estadounidense provocaron que en el istmo convergieran pesos colombianos, francos franceses y dólares de Estados Unidos (EU), entre otros.
Así fue hasta que llegó la separación de Colombia. En los albores de la República, reseña la obra, la Ley 84 del 28 junio de 1904 estableció el balboa como la unidad monetaria del nuevo país, con denominaciones de 2 ½ (el famoso “medio”), 5, 10, 25 y 50 centésimos.
Al estadounidense Charles E. Barber, de la Casa de Moneda de Filadelfia, se le encomendó el diseño de las primeras monedas para Panamá, con el busto de Balboa usando sobre la cabeza una celada en lugar del morrión que apareció en 1930 y permanece hasta ahora.
Luego, el Decreto 74 del 6 de diciembre de 1904, oficializó el convenio entre Panamá y EU para que se usaran a la vez tanto dólares como balboas en el istmo.
Desde 1904 hasta el presente, el balboa ha contado con 18 denominaciones, incluyendo monedas de 10, 20, 50, 75, 100, 150, 200 y 500 balboas y por sus diseños han pasado personajes como Victoriano Lorenzo, Carlos Finlay, Manuel E. Amador, Justo Arosemena, Ferdinand de Lesseps, Carlos V, Omar Torrijos, Belisario Porras, Simón Bolívar, Urracá y Sara Sotillo, además de Moscoso y el propio Balboa.
También se ha rendido honor en las monedas a la flora y fauna locales, cultura indígena, parajes de Panamá Viejo, la campaña de la cinta rosada, a los tratados Torrijos-Carter, al boxeo, mundiales de fútbol, a la reversión del Canal y más recientemente a la ampliación de la vía acuática.
En más de 100 años, casas de acuñación de EU, México, Canadá, Suiza e Inglaterra han sido las responsables de la elaboración de las monedas panameñas, empleando acero, aluminio, bronce, cobre, níquel, oro, plata, platino y zinc.
