El jefe de Gabinete del expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva fue condenado a 23 años de prisión ayer por corrupción, lavado de dinero y conspiración, en el marco del gigantesco escándalo que involucra a la firma controlada por el Estado, Petrobras.
José Dirceu, un importante líder del Partido de los Trabajadores que gobernó Brasil desde 2003 hasta que la semana pasada la presidenta Dilma Rousseff fue suspendida, había sido sentenciado antes por el Tribunal Supremo a más de 10 años de cárcel por una operación de compra de votos en el Congreso.
“Ni siquiera una condena de parte del máximo tribunal del país pudo impedir la recaída en el delito”, escribió el juez Sergio Moro en su sentencia, indicando que Dirceu participó del esquema de coimas incluso después de haber sido condenado por comprar votos de legisladores.