En la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski convergieron factores estructurales adversos, toda vez que este llega a la presidencia con una minoría estrecha, estimó ayer desde la capital peruana el periodista de investigación Gustavo Gorriti.
Añadió que, pese a que Kuczynski (conocido popularmente como PPK, por las siglas de su nombre) se impuso en una segunda vuelta electoral a Keiko Fujimori, del partido Fuerza Popular, esta nunca asimiló la derrota.
Fujimori logró dominar el Congreso, iniciándose el vía crucis del mandatario.
No obstante, este panorama poco favorable, Gorriti sostiene que PPK pudo haber ejercido su autoridad, pero “decidió el camino del apaciguamento y de la sumisión” hacia los seguidores de Fuerza Popular, conocidos como “keikistas”
Esto, puntualizó, disminuyó la capacidad de gobernar de PPK. “No reaccionó al dominio de la bancada keikista”, afirmó.
El rastro de Odebrecht
En medio de una situación política enrarecida, a PPK se le empezó a encontrar conflictos de intereses desde que trabajó con el gobierno de Alejandro Toledo.
“Se le encontró su relación con Odebrecht, la cual negó y mintió. Eso, sumado a su debilidad, a sus mentiras, llevó a los keikistas a pensar que podían sacarlo del poder mediante la vacancia”, manifestó el comunicador.
Agregó que lo anterior fue aprovechado por la corriente keikista para tratar de llegar a la presidencia, pero el plan fue abortado.
No obstante, en poco tiempo, PPK le dio un indulto al expresidente Alberto Fujimori, condenado a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad.
Esta situación, añadió, creó hostilidad y diversos grupos buscaron la vacancia. Primero los de izquierda, luego el congresista César Villanueva, y en el camino los keikistas vieron la posibilidad de beneficiarse de ese movimiento.
Kuczynski es el primer presidente que pierde su puesto por el torbellino Odebrecht, que salpica a otros exmandatarios peruanos, como Ollanta Humala, en prisión preventiva desde hace ocho meses junto a su esposa Nadine Heredia, y Alejandro Toledo (2001-2005), sobre el que pesa una pedido de extradición desde Estados Unidos.
“Una vez presentada la renuncia de PPK, ahora le corresponde al vicepresidente Martín Vizcarra enrumbar el destino del país”, sostuvo Gorriti.
En su opinión, Vizcarra tiene dos caminos: irse con la corriente de Keiko Fujimori y pasar por lo mismo que le sucedió a PPK o ejercer su autoridad y acabar con tanta corrupción política.
Anoche los peruanos esperaban el regreso a Lima, la capital peruana, del vicepresidente y embajador en Canadá para que asuma la jefatura del Estado.
El primer vicepresidente de Perú , Martín Vizcarra, es descrito como pragmático, austero y sin vínculos con la élite empresarial o los partidos políticos tradicionales. Es considerado un tecnócrata político, una mezcla inusual en la escena peruana.
“Estoy indignado por la situación actual, como la mayoría de los peruanos. Pero tengo la convicción de que juntos demostraremos una vez más que podemos salir adelante”, dijo en un tuit la noche de este miércoles, con el que rompió su mutismo de casi 20 días, tras la renuncia del presidente Pedro Pablo Kuczynski.
(Con información de Reuters y AFP).