Médicos chinos dijeron que están tratando de salvarle la vida al disidente y Premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo, en momentos en que el Gobierno endureció su posición contra los crecientes pedidos de que se permita al prisionero político más conocido del país viajar al extranjero para recibir tratamiento.
Un sombrío parte emitido por el hospital donde está Liu señala que sufre de insuficiencia renal y hemorragia del hígado, causados por tumores en metástasis. El parte aumenta las presiones sobre Pekín, que ha rechazado pedidos de varios países de que se le permita a Liu y su familia salir del país.
El hospital expresó que Liu sufre, además de problemas en los riñones, hinchazón creciente del estómago, obstrucción parcial del intestino y caída de la presión arterial, y que en su condición no es apropiado tratarlo con radioterapia.
A finales de junio, el activista fue sacado de la cárcel y llevado a un hospital en Shenyang para recibir tratamiento por un cáncer de hígado en etapa terminal.
Un vocero de la cancillería, Geng Shuang, les pidió a otros países que “respeten la soberanía nacional de China y se abstengan de interferir en sus asuntos internos debido a un caso individual”.
Ayer, la oficina de la canciller alemana Angela Merkel le pidió a Pekín una “señal de humanidad para Liu Xiaobo y su familia”.
La salud de Liu ha sido un tema de atención internacional tras conocerse en junio que el disidente había sido transferido a un hospital en el norte de China a causa de cáncer hepático avanzado mientras cumplía una sentencia de 11 años de prisión por abogar a favor de reformas políticas que pondrían fin al sistema unipartidista en China.
En 2010, un año después de ser declarado culpable, recibió el Premio Nobel de la Paz.
Dos especialistas extranjeros que visitaron al disidente dijeron el pasado domingo que este puede viajar para recibir tratamiento, contrario a las declaraciones de los expertos chinos que dicen que la evacuación pudiera ser insegura para él.
Los médicos, un estadounidense y un alemán, vieron a Liu el pasado sábado. En una declaración dijeron que sus instituciones –la Universidad de Heidelberg y el Centro Oncológico MD Anderson en Texas– han acordado recibir a Liu, pero que cualquier evacuación tendría que ocurrir “lo más pronto posible”.
Las opiniones divergentes sobre la factibilidad del viaje de Liu pudieran complicar aún más la disputa sobre el activista de 61 años. Durante semanas, familiares y partidarios han pedido que Liu reciba libertad plena y sea autorizado a recibir tratamiento fuera de Pekín, argumentando que las autoridades lo mantienen en China solamente por razones políticas.
Mientras tanto, el Gobierno chino ha insistido en que Liu está recibiendo el mejor tratamiento posible en el hospital de la Universidad Médica de China en la norteña ciudad de Shenyang.