Como quien deshoja margaritas, el dictador de Venezuela Nicolás Maduro ha empezado a desmantelar la Asamblea Nacional impidiendo las sesiones y de paso acusando a los diputados opositores de “traición a la patria”.
Ayer, cuatro de ellos fueron imputados de este delito, uniéndose a otros 10 que previamente habían sido acusados por las huestes de Maduro, enquistadas en el Tribunal Supremo de Justicia.
Desde tempranas horas del día los alrededores del Parlamento venezolano habían sido tomados por la Guardia Nacional, policías y agentes del Servicio de Inteligencia (Sebin), que impidieron la entrada de los diputados para sesionar, con la “excusa” de que en el interior había explosivos.
No obstante, en un salón contiguo al hemiciclo, sesionó la oficialista Asamblea Constituyente para levantar la inmunidad a dos congresistas.
“Están tratando de cerrar por la vía de los hechos el Parlamento Nacional, única instancia legítima reconocida por el mundo”, sostuvo el presidente designado, Juan Guaidó.
Juan Guaidó
Presidente encargado.
Lesa humanidad
Las acciones de Maduro han hecho sonar las alarmas de Amnistía Internacional, que ayer en un informe solicitó a la Corte Penal Internacional ampliar sus investigaciones sobre la nación bolivariana, en donde el régimen podría estar cometiendo crímenes de lesa humanidad.
Ejecuciones extrajudiciales, muertes por uso excesivo de la fuerza, detenciones arbitrarias y masivas son algunas de las prácticas detectadas por Amnistía Internacional.
En su informe Hambre de justicia: crímenes de lesa humanidad en Venezuela, presentado en ciudad de México, el organismo internacional indica que el actuar de la dictadura de Maduro “configurarían crímenes de lesa humanidad por formar parte de una estrategia de ataque sistemático y generalizado, en contra de personas consideradas disidentes”, ejecutada por “agentes estatales o terceros que contaron, como mínimo, con la aquiescencia o consentimiento” de funcionarios.
Erika Guevara, directora para las Américas de Amnistía Internacional, indicó que “Como hemos denunciado desde hace años, en Venezuela hay una política sistemática de represión en contra de personas opositoras (...) simplemente por el hecho de protestar, por lo que el gobierno de Nicolás Maduro tendrá que rendir cuentas ante la justicia internacional”.
Injerencia rusa
“Llegó el momento de que Nicolás Maduro se vaya, no ha traído más que miseria al pueblo venezolano, y esperamos que el apoyo ruso a Maduro se termine”, dijo ayer un enfático Mike Pompeo, secretario de Estado estadounidense, reunido en Sochi, en el mar Negro, con el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov.
Ni corto, ni perezoso, Lavrov acusó a Estados Unidos y a Juan Guaidó de recurrir continuamente a las amenazas de una posible intervención militar, lo que, en su opinión, “no tiene nada que ver con la democracia”.
Pero, Pompeo afirmó que la postura estadounidense es que sean los venezolanos los que elijan a sus dirigentes, subrayando que esta debe ser una democracia, a lo que Lavrov respondió que “no se puede instaurar una democracia por la fuerza”.
(Con información de El Nacional, El Universal y AFP).