El 26 de julio de 2017, la Constructora Odebrecht y el Ministerio Público de Panamá firmaron un acuerdo de cooperación eficaz. Se estableció que la empresa pagaría una multa de $120 millones, es decir, el doble de lo que Odebrecht admitió haber pagado en sobornos en Panamá, más otros $100 millones por abusar del sistema bancario para blanquear capitales.
En las comunicaciones privadas del expresidente Juan Carlos Varela –divulgadas en el sitio web varelaleaks.com– el tema de este acuerdo fue abordado entre él y su hermano, el entonces diputado José Luis Popi Varela, así como por el ex director superintendente de Odebrecht en Panamá, André Rabello.
Popi Varela era el intermediario entre Rabello y su hermano, el entonces Presidente. A su vez, este último abordaba el tema del acuerdo con la procuradora, Kenia Porcell –en varias ocasiones en los términos que exigía Rabello– aunque no necesariamente enterada de todos los arreglos a los que previamente llegaban los hermanos Varela con Rabello.
Porcell buscaba acceso a las delaciones que habían obtenido los fiscales brasileños de los delatores, entre ellas, las que mencionaban a los funcionarios coimeados en Panamá. Para tener acceso a esa información, Odebrecht exigía la firma de un acuerdo con cada país interesado.
En mayo de 2017, Rabello presionaba para llegar a un acuerdo. Las comunicaciones entre Popi Varela, su hermano, el entonces presidente de la República, y Rabello, revelarían manipulación y presiones para que este último fuera favorecido, al tiempo que buscaba mermar el impacto de la multa que impondría el Ministerio Público (MP) sobre Odebrecht.
En una conversación del expresidente Varela con su hermano Popi, en mayo de 2017, le habría informado que la “Sra.”, (presumiblemente Kenia Porcell) le ha indicado que el acuerdo estaba listo. Y que el “amigo”, en referencia a Rabello, “debe hablar y entregar todo”. Popi le respondió que “él [Rabello] le va a explicarle todo a ella… y le va a enseñar todo”. Mientras hablaban, el expresidente decía estar en comunicación con Porcell, poniéndola al tanto de lo que ellos hablaban.
Popi le hizo llegar a su hermano una relación de una conversación con “A” (presumiblemente André Rabello) en la que este presiona para ver el texto final del acuerdo. El entonces diputado luego le hace llegar un chat que sostuvo con Daniel Arroyo –funcionario de confianza de Porcell– quien iría a Brasil a hablar con Rabello.
En resumen, Arroyo le informó a Popi que las instrucciones de Porcell eran que él le entregara copia del borrador del acuerdo. Eso, “si es que el Sr. [Rabello] cumple”. También le dice que no tenía autorización para hacer correcciones, salvo suprimir la acusación de blanqueo –algo que exigía Rabello a lo largo de todas las conversaciones con Popi–, pero “eso no se hará hasta que el señor no culmine de rendir su indagatoria, de lo contrario, concluimos las conversaciones”.
El expresidente Varela le reveló a su hermano que la procuradora también iría a Brasil. Y que ella, a través de Arroyo, hablaría con Rabello, “Nos toca dejarlos a ellos … y estar pendientes”.
Confidencialidad
Rabello insistía en ver el acuerdo antes de ser indagado, le dijo Popi a su hermano. Decía que él [Rabello] debía firmarlo –junto con otro ejecutivo de Odebrecht– razón por la que debía tener un texto para enseñárselo a sus superiores. No parece que se lo dieron a leer, pues Rabello se quejó, al punto de haber dicho de que “siente que la Señora no quiere acuerdo”.
Ese mismo día, Popi volvió a hablar con Rabello. Este le pidió que hablaran con la Procuradora para convencerla de que confiara en él. Rabello le dijo a Popi que estaba consiguiendo “confidencialidad total de todo lo extranjero”, es decir, de las delaciones de los ejecutivos de Odebrecht sobre los sobornos fuera de Brasil.
Rabello prometía algo más escandaloso: mantener en secreto “información comprometedora”. A cambio pedía ver el texto del acuerdo. Incluso, prometía enseñarle todas las pruebas –que no explicó cuáles eran–, aunque él sentía que estaban siendo injustos con él por la forma en que lo estaban tratando.
Popi le dijo entonces al expresidente que le tocaba a él hablarle de esto a la Procuradora. El expresidente le respondió que, precisamente, estaba con ella y con FH (presuntamente Federico Humbert, contralor general de la República). Popi entonces le aconsejó: “Habla con ella de esto en Privado”.
Esa reunión era, aparentemente, sobre el dinero que pediría Panamá en resarcimiento a Odebrehcht. Varela estaba abrumado. “Esta vaina sí está enredada… qué reunión más difícil”, le escribió a Popi.
Negociación estancada
Pero las negociaciones del acuerdo no iban por buen camino, habría escrito Rabello a Popi. Arroyo se mostraba inflexible en los puntos acordados con el MP, y que si Arroyo hablaba en serio, no había manera de hacer un acuerdo, “es inviable”. Arroyo insistía en que debía haber indagatoria a Rabello y si todo estaba aclarado, se quitaría la acusación de blanqueo contra Rabello. “Yo no voy a aceptar este tema del b [blanqueo] va a ser cruel conmigo, con mi familia, mi esposa, madre, hermanos...”, le escribió a Popi.
Rabello insistía en que los abogados de la empresa debían ver el texto del acuerdo y que él ya no estaba en posición de firmarlo.
Porcell habría aceptado hablar con Rabello. Popi entonces le pidió al expresidente darle un “push para que trate [Porcell] de cerrar el acuerdo”, insistiendo en quitar la acusación de blanqueo y que la pena a Rabello no fuera mayor de 36 meses por las otras acusaciones.
Rabello insistía en esto último, pues una condena de 48 meses propuesta por el MP lo obligaría a cumplir una pena mayor en su casa de Brasil.
La reunión con la Procuradora se hizo el 4 de mayo de 2017. Rabello le contó a Popi que intentó enseñarle los documentos que él tenía, pero Porcell se negó a verlos, “por si acaso no llegamos a un acuerdo… y[así] ella no estar en deuda conmigo”. Se mostraron dos versiones del acuerdo. El primero, en los términos originales, y el segundo sin la acusación de blanqueo. El monto de la multa fue revelado: mínimo $240 millones.
Popi intercede
Popi dijo desconocer de dónde salía la cifra, pero que ello haría quebrar a la empresa. La multa “los mata”, escribió, “y la señora en una actitud muy dura”.
El expresidente le respondió que le dijera a Rabello “que la multa es de 60 a 120 [millones] … y que después se define el múltiplo… ella pondrá de 60 a 120 y la CGR [Contraloría General de la República] pone el múltiplo”, refiriéndose a un pago que podría ser una o dos veces mayor a los $60 millones que se tomaron de base para llegar a una multa definitiva.
La propuesta de Porcell era una multa de $240 millones, lo que hace suponer que era un pago de $60 millones más un recargo de tres veces esa cantidad.
En la conversación, Popi mencionó que la Procuradora se sentía chantajeada por Rabello. “Ella me contó”, le respondió el expresidente. “[Rabello] la chantajeó, habló de cosas graves que cometimos tu y yo… Le he escrito duro… Se equivocó con nosotros… Nosotros somos gente seria”, añadió Varela.
Popi llamó de inmediato a Rabello. Él lo negó todo. Que lo que dijo fue “que habían cosas que podían enredar y que él estaba dispuesto a aclarar”. Varela habría respondido: “No fue la forma en que lo dijo… Se puso a hablar de nosotros… Y cosas graves que no le habíamos dicho a ella”. También hablaron del acuerdo. Rabello dijo que estaba bien como había quedado lo del blanqueo, pero que lo de la multa era otra historia. Sus superiores no querían pagar más de $59 millones.
El expresidente le dijo a Popi que habló con la Procuradora para decirle que el máximo de la multa sería $118 millones. A su vez, Popi le dijo que llamaría a Rabello para decirle que la Procuradora estaba en control y “dejarle claro [a Rabello] que nosotros no le tenemos miedo a esto”.
Martinelli, a escena
El expresidente le mandó a decir a Rabello, a través de Popi, que la multa era de $120 millones. “Al final eso lo paga el mercado de Panamá… Si cede, hay que ella ceda a 36 [meses de condena] y lo ayuda a él… Y tiene que involucrar a RM [presumiblemente Ricardo Martinelli] en la indagatoria… Con eso se termina esto… Ya se lo pedí a ella… Pasáselo a él [a Rabello]… Ella no puede irse con las manos vacías”.
Popi preguntó si le ponía lo de RM por escrito. Varela le dijo: “Dícelo… Él [Rabello] no quiere involucrarlo…”. El entonces diputado habló con Rabello y este le contó que los $118 millones de multa “está difícil”. En el tema de Martinelli, Rabello le habló a la Procuradora de una parte de lo que tiene, que tiene más…. “que él tiene documentado y registrado lo de los hijos claramente...”.
“No veo por qué AR [André Rabello] está protegiendo a RM [Martinelli]… y hablar más de nosotros… siento enredo en todo… dijo que habíamos cometido faltas graves… Eso la molestó”, escribió Varela a Popi.
Agregó que si Rabello cooperara con el tema de Martinelli, Porcell podría ver lo de la rebaja de la condena a 36 meses, “pero le dio la impresión que lo estaba protegiendo … y tirando a nosotros...”.
Varela le dijo que le estaban hablando a Porcell de eso, precisamente. “Se está yendo con la impresión de protección a RM y chantaje a nosotros… Eso no es bueno… Háblale.. Es bueno que ella sienta que él [Rabello] está del lado de acá”. Tras hablar con Rabello, Popi le escribió al entonces presidente que lo que Rabello quiere “es su seguridad”. “Eso es lo que tiene que hablar con ella… -le respondió Varela- Pero no con temas nuestros... Ni hablar de [hacer] tambalear el Gobierno”, escribió.
Rabello habría dicho a Popi, que empujaría el acuerdo con la multa de $118 millones, pero que él quería 36 meses de condena e inmunidad judicial. El expresidente le respondió que él había hablado con Porcell. “Siento que con el tema RM puede conseguir eso [rebaja de condena] y se cierra”. Pero Popi le respondió que Rabello supuestamente le dijo “que no tiene una prueba de transferencia a él [a Martinelli] Piensa que metiendo a los hijos ya queda claro que él está metido”.
El miedo de Rabello
En una comunicación posterior Rabello le pidió a Popi que averiguara de quiénes son las cuentas cauteladas por el MP. El expresidente puso al tanto a Popi. Le dijo que la Procuradora había accedido a una multa de $59 millones y que el Código Penal establecía una multa del doble de la lesión. Y que habían aparecido $12 millones de los niños (de los hijos de Martinelli) en Andorra. Popi le dijo que Rabello le había comentado que eran $40 millones.
Popi le contó a su hermano que Rabello le pidió un favor, el más grande que solicitaría: Quería saber si habían secuestrado sus cuentas y si era así, que lo trataran directamente con él, “no con abogados ni nadie...”, que podían quebrar a su familia”.
El expresidente le respondió que era de Rabello. Popi respondió “Xuxa, si le secuestró a él la cuenta, vale V”. Varela le precisa el monto de la incautación: una de $3 millones y otra de $400 mil.
El expresidente reveló que la incautación la hizo la fiscal Zuleyka Moore, pero que se protegería su nombre. Popi le dejó saber a su hermano que Rabello estaba “súper estresado” por el dinero incautado. “Eso destruye a toda su familia, que ruega que a la señora no mencione nada de incautación a funcionarios de la empresa... Anda desesperado... hasta me lloró”.
Era evidente que Rabello no tenía cómo explicar a la empresa el origen de ese dinero, a no ser que haya salido de Odebrecht.
Tras la filtración, Varela ha dicho en repetidas ocasiones, en entrevistas a los medios, que los mensajes de texto han sido alterados.