Devin Patrick Kelley, el autor de un tiroteo que dejó 26 muertos el pasado domingo en una iglesia en Texas, habría actuado motivado por problemas familiares, informó ayer Freeman Martin, del Departamento de Seguridad Pública de Texas.
“Había un diferendo en esa familia”, indicó Martin, quien agregó que la suegra de Kelley frecuentaba la iglesia y antes del ataque envió “mensajes amenazadores”.
Según el funcionario, el ataque “no tuvo una motivación racial, y tampoco estuvo relacionado con creencias religiosas. Había un problema doméstico con sus familiares políticos”, remarcó.
Kelley, un exsoldado de la Fuerza Aérea, fue llevado a corte marcial por violencia contra su esposa y su hijo.
El domingo, Kelley –vestido completamente de negro y con un chaleco antibalas– abrió fuego con un arma automática contra personas que participaban en un servicio religioso en el poblado de Sutherland Springs. Kelley se dio a la fuga. Según un testigo, el carro de Kelley se estrelló, pero informes preliminares de la Policía sugieren que se suicidó durante la persecución.

