La primera ministra Theresa May consiguió ayer miércoles un voto de confianza en su liderazgo de parlamentarios del Partido Conservador, pero 117 de sus legisladores dijeron que ya no era la líder adecuada para implementar la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea.
Los críticos euroescépticos del acuerdo dentro de su propio partido habían presentado una moción de censura sobre su liderazgo el martes, horas después de que regresó de conversaciones con líderes europeos en las que buscó obtener garantías para su propuesta de acuerdo para el brexit.
La primera ministra británica había prometido que ganaría la moción de censura, puesta en marcha por enfurecidos partidarios del brexit en el seno de su Partido Conservador, afirmando que su salida pondría en peligro el divorcio de Reino Unido de la Unión Europea.
A menos de cuatro meses del 29 de marzo, fecha prevista de salida del Reino Unido de la UE, el caos reina en el brexit, con opciones que van desde un posible adiós sin acuerdo, a la celebración de otro referendo que podría revertir el proceso. En declaraciones realizadas en el exterior de la residencia oficial de Downing Street, horas antes de la moción de confianza que selló su futuro, May señaló que lucharía por mantenerse en el cargo “con todo lo que tengo”. El antiguo cisma que existe en su partido sobre Europa contribuyó a la caída de los tres anteriores primeros ministros conservadores: David Cameron, John Major y Margaret Thatcher.
May, de 62 años de edad, que es hija de un vicario y votó a favor de seguir en la UE en el referendo de 2016, dijo a sus rivales que si la derrocaban, el proceso se retrasaría o, incluso, se frenaría.
“Un cambio de liderazgo en el Partido Conservador ahora pondría en riesgo el futuro de nuestro país”, afirmó.