Miles y miles en insumos fantasma



Si es por plata, el “hijo favorito del país” no es el fútbol. Lo sería el béisbol, ya que su federación es dotada cada año por el Instituto Panameño de Deportes (Pandeportes) de millones de dólares. Pero entrenadores y atletas se preguntan dónde está el dinero.

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Pandeportes entregó fondos para las partidas circuitalesBase por bola

La Federación Panameña de Béisbol (Fedebeis) –que preside el diputado Benicio Robinson (PRD)– es, por lejos, la que más fondos recibe de Pandeportes: de julio de 2014 a mayo de 2017, Pandeportes le entregó $7 millones, casi el 50% del dinero destinado a todas las federaciones y organizaciones afiliadas a la entidad estatal.

Los fondos de la Fedebeis los gestionó el diputado Robinson, quien, a la sazón, también fue el principal negociador con el gobierno del fenecido pacto de gobernabilidad.

La Fedebeis –en tan solo 34 meses– superó en casi 200% la cantidad recibida durante los 60 meses del gobierno pasado. Es decir, de $2.4 millones –según cheques refrendados y reportados en el portal de la Contraloría– pasó a $7 millones (de julio 2014 a mayo 2017).

Irónicamente, peloteros y entrenadores que este medio consultó –como el ex grandes ligas panameño Carlos Maldonado, técnico de la liga provincial de Panamá Este– se quejan de la falta de apoyo. Sus atletas, mientras luchan contra notorias carencias, se ganan a pulmón el respeto en el béisbol internacional.

‘Partidas circuitales’

En documentos que sustentan decenas de cheques de Pandeportes, queda claro que los fondos asignados al béisbol en muchos casos no responden a las necesidades de las ligas, sino a necesidades político-partidistas.

Con frecuencia, las peticiones de fondos se describen como “compra de implementos deportivos que serán utilizados en el circuito [tal...]”, seguido del nombre del político que solicita el dinero.

Y, tal como se manejaron las planillas y las donaciones en la Asamblea Nacional, los informes del uso de fondos en el béisbol son una pila de inconsistencias.

Por ejemplo, aunque unos $3 millones se habrían destinado a la compra de implementos de este deporte –como parte del llamado Programa de Desarrollo Deportivo– las cartas firmadas por Robinson indican que lo presupuestado fue $2 millones.

Los mayores montos se asignaron al distrito de San Miguelito, con 4 cheques que suman $595 mil; y a la comarca Ngäbe Buglé –donde el béisbol es tan popular como el golf– con cinco cheques por un total de $515 mil.

El primer director de Pandeportes en esta administración, Roberto Bob Arango, tramitó múltiples pagos, tras solicitudes de los diputados. Los sustentos de estos pagos evidenciarían violaciones a la Ley de Contrataciones Públicas: compras directas sin cotización; ofertas de proveedores de un mismo grupo familiar o empresarial; y compras fraccionadas son algunas irregularidades en los más de 50 informes de gastos revisados por La Prensa.

En otros casos, Pandeportes entregó a la Fedebeis cheques que suman cientos de miles de dólares que luego el peticionario utilizó a su entera discreción y no para los fines declarados.

Para el ‘circuito Pineda’

La Contraloría refrendó en diciembre de 2015 dos cheques de $250 mil y $55 mil. Un mes antes, $195 mil, para “compra de implementos [deportivos para el] circuito 8-6”. En septiembre de 2016, destinó otros $95 mil para “masificación” deportiva e implementos dirigidos a los distritos de Panamá y San Miguelito. Casi $600 mil en menos de 10 meses.

Lo raro es que ni entrenadores ni dirigentes ni presidentes de ligas de corregimiento o distritales, ni acudientes de San Miguelito, recuerdan haber recibido implementos por esa suma.

Se preguntó a Pandeportes, en agosto de 2016, cómo se deciden las asignaciones de fondos para las organizaciones deportivas, pero el entonces director, Bob Arango, ignoró una decena de correos y cartas, con copia a Mario Pérez, por entonces subdirector y hoy director.

El “presupuesto” de gasto de tres de estos cheques decía: “circuito 8-6, H.D. Raúl Pineda”, junto a una carta firmada por este diputado (PRD), dirigida a Arango, en papelería de la Asamblea, a fin de “solicitarle implementos deportivos” para los adolescentes de los corregimientos de su circuito.

Fueron más de $500 mil en supuestas compras de artículos deportivos gestionados por Pineda, pero él, los detalles, los olvidó. Son múltiples notas pidiendo apoyo para su circuito, se justificó. La memoria tampoco le ayudó para saber el destino de la compra: “No tengo la menor idea de quiénes recibieron los implementos”.

Robinson “es el jefe de mi partido y amigo, pero no tengo nada que ver con fondos de las federaciones”, acotó.

Las compras hechas con cada cheque se fraccionaron en tres o cuatro facturas. Uno de los más beneficiados fue Dutary Sport, empresa que emitió el mismo día varias facturas con diferencia de una hora, y Nikys Corp., con gastos de transporte de $20 mil.

[Ver: El polémico historial de proveedores deportivos]

Para justificar los gastos, la Fedebeis aportó facturas de la Unión de Transporte de Santiago Apóstol y de Unión de Buses de Bocas del Toro, liderada por Rosendo Robinson, pese a que el evento era en San Miguelito .

Según 12 facturas, se habrían comprado 33 mil 936 suéteres; 22 mil 520 gorras; 4 mil 973 pantalones; 429 manillas; 272 docenas de bolas; 10 juegos de bases; 8 guantes; mil 320 suéteres “polo”; un homeplate; 76 bates de aluminio y 98 de madera; 2 pitching plates, una máquina de bateo; 60 juegos de receptoría; 340 cascos; 30 unidades de bolas amarillas; 75 juegos de tacos y 450 camisas.

Este diario fue a corroborar en agosto de 2017 la compra en el principal sitio de entrenamiento de ligas en San Miguelito. Y la realidad contrastó con el papel.

En el descuidado cuadro en Los Andes No. 1, donde la iluminación es precaria por falta de mantenimiento, no se hallaron huellas de los nuevos implementos. De hecho, los que había estaban tan dañados, que las madres de los peloteritos preparaban comida para vender y, con el producto, comprar nuevos.

El presidente de la liga distrital de San Miguelito, Germán Rodríguez, quedó impactado cuando se le preguntó por los múltiples cheques del “circuito 8-6”.

“La verdad es que no sabía. Hemos recibido ciertas cajas de bolas e implementos, pero esa cantidad no la hemos gestionado acá... Con eso se hubieran podido hacer muchas cosas, como apoyar a los niños de escasos recursos que acuden a los campeonatos nacionales”, dijo.

Rodríguez, con 30 años en la liga, desconocía que la Fedebeis recibiera fondos de Pandeportes. La labor de dicha entidad es facilitar los estadios, salvo cuando paga pasajes al extranjero para las selecciones nacionales, dijo.

En 2016, la Fedebeis apoyó ligas del distrito, con 5 cajas de bolas y uniformes para 24 equipos; bates y juegos de receptoría: unos $20 mil en gastos. En 2015, fueron “15 cajas de bolas, algunos bates y juegos de receptoría”.

“Casi todos los gastos” de las cinco ligas de corregimiento requieren de $50 mil anuales, agregó el dirigente, pero no han recibido esa suma de la Fedebeis o de la liga provincial de Panamá Metro, dirigida por el hijo homónimo del secretario de la Asamblea, Franz Wever, cuya directiva comparte con los diputados Katleen Levy (Panameñista) y Alfredo Pérez (PRD); aunque Levy y Pérez también figuran en la directiva de la reciente Liga Provincial de Béisbol de Panamá Este, según el Registro Público.

Se abordó a dirigentes de cuatro escuelas de béisbol del distrito con más de una década entrenando, a fin de averiguar si conocían las actividades o si sus niños se beneficiaron. Nada sabían.

Insólito ‘circuito Pedrol’

En la comarca Ngäbe Buglé no hay canchas adecuadas para jugar béisbol, pero la Fedebeis, supuestamente, destinó $515 mil, entre noviembre de 2015 y septiembre de 2016, “para el circuito 12-2, del diputado Jaime Pedrol (PRD)”, específicamente para las comunidades Nole Duima, Besikó y Mirono.

Por “primera vez” se organiza la formación de categorías menores, además de la juvenil y mayor, en la comarca, indican las cartas de Robinson a Pandeportes en las que solicita los fondos.

Es así como se reportan gastos por la supuesta compra de mil 300 suéteres, 3 mil 478 pantalones, 8 mil 594 gorras, 358 manillas de cuero, 562 docenas de bolas (blancas y amarillas), 18 homeplates, 35 juegos de bases, 197 bates de aluminio, 168 bates de madera, 408 juegos de uniformes, 32 juegos de receptoría, 16 pitching plates, una máquina de bateo, 8 batin topes y 600 suéteres “tipo polo”, según 10 facturas de Dutary Sport y 3 de Nikys Corp.

Hubo brindis, trofeos, preparación psicológica, transporte y alimentación para unos 3 mil participantes, según los documentos, pero ni la cacica Silvia Carrera ni el gobernador ni vicegobernador comarcal ni los entrenadores del lugar sabían de tal “desarrollo comunitario”.

El gobernador Samuel Amador dijo que en la comarca se desconoce esfuerzo alguno de la Fedebeis; que los que apoyan con suéteres y trofeos son diputados y alcaldes; y que el béisbol se practica en verano y no de agosto a noviembre –como indican los cheques– por ser temporada lluviosa.

“Eso no ha llegado a la comarca. Si es cierto, vamos a reclamar. Esto ha sido un balde de agua fría”, expresó, disgustado, Antonio González, profesor de educación física que coordina el deporte escolar (desde el Ministerio de Educación) en la comarca.

El docente, residente de Camarón Arriba –comunidad que se beneficiaría del programa– dijo que cubren los gastos con sus propios recursos y con autogestión.

Los informes de gastos son “satisfactorios” para la dirección de Auditoría Interna de Pandeportes, aunque se encontró que las compras se efectuaron en la capital, pero no constan facturas de transporte para las apartadas comunidades e, incluso, posibles sobreprecios (ver factura).

El apoyo económico a coordinadores, anotadores y arreglistas de campo –unos $25 mil– curiosamente reflejan firmas del personal asignado al despacho de Pedrol y de la planilla 172, contratados en 2015 por la Asamblea.

Otros gastos se sustentan con facturas de Nikys Corp. y de fondas de comida con fecha de un mes después del evento. También con facturas de Dutary Sport, de abril de 2017, cuando el evento –por $195 mil– fue de septiembre a noviembre de 2016.

La realidad es que el único apoyo vino de diputados del circuito, aunque las cantidades no concuerdan: 20 suéteres, 9 manillas y 6 docenas de bolas al año, pero no les alcanza. “Los muchachos tienen que ponerse el suéter al revés” para que no se vea el nombre del equipo y reutilizarlo, y comprar su bate, contó Alberto Guerra, otro entrenador de la comarca.

Este medio envió ocho cartas y correos a Robinson a la Fedebeis y a la Asamblea, y le dejó seis mensajes con sus asistentes y en la Fedebeis. Se le llamó siete veces; se le preguntó a quién se le entregaron dichos implementos y se le pidió copia de las facturas de las compras, así como actas de entrega del material para San Miguelito y la comarca. Pero desde octubre 2017, ignoró la petición.

También se intentó hablar con Pedrol en cinco ocasiones: por correo, llamadas y mensajes a su celular. Se le preguntó quiénes recibieron los equipos y se le solicitó copia de la documentación respectiva, pero ignoró las solicitudes.

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