Los más de 4 mil cheques que tramitó la Asamblea Nacional para “donaciones” a personas naturales de los cuales La Prensa pudo corroborar que buena parte de estas recibían solo una fracción de la supuesta “donación”– también incluyeron recursos para organizaciones no gubernamentales (oenegés), gestionadas por diputados y cuyo personal es pagado con fondos de ese órgano.
Casi 400 mil dólares fueron avalados por el diputado presidente de la Asamblea Nacional, Rubén De León, para fundaciones vinculadas con diputados, cuya labor, en la mayor parte de los casos, es virtualmente desconocida.
En el periodo presidencial del diputado panameñista Adolfo Beby Valderrama (julio de 2014 a junio de 2015), el grueso de las donaciones fue para asociaciones religiosas. 17 cheques –por un total de 43 mil dólares– fueron donados a la Arquidiócesis de Panamá, que, en suma, fue la mayor donación que le hizo a una organización en particular.
La Prensa también descubrió que personal de las oenegés se vincula con los diputados, ya que son asalariados de la Asamblea. Sus salarios salen de su planilla permanente. Todos ellos son funcionarios de confianza que laboran para los despachos de los diputados.
Incluso, este medio descubrió que parte de este personal recibía, en ocasiones, además de su salario regular, contratos por servicios profesionales de la Asamblea.
EL PREMIO MAYOR
La oenegé a la que la Asamblea le donó la mayor cuantía –85 mil dólares– fue la Fundación para el Desarrollo Sostenido de Azuero (Fudsa). Fueron dos cheques: uno de 75 mil dólares, de 2015, y otro de 10 mil dólares, en enero de 2017.
Figuró como miembro de esta fundación Agustín Delgado Decerega, su primer presidente, de 64 años, retirado por motivos de salud. Recuerda con claridad las palabras de su primo, el diputado Carlos Afú Decerega, cuando le encargó crearla: “Que si yo tenía idea de cómo hacer una fundación y le dije claro que sí, yo trabajé en una firma de abogados [... Se hizo] para manejar las partidas circuitales que en ese entonces se estaban dando.
Yo la creé, fui al Ministerio de Gobierno y saqué la resolución donde nos daban autorización”. Eso hace 21 años.
La fundación es de Afú, confirmó Delgado.
El donativo de 75 mil dólares lo repartió Fudsa, en efectivo, entre poco más de mil personas que solicitaron diversas ayudas en el circuito 7-1 –del que es diputado Afú– en la provincia de Los Santos, aseguró su hoy presidente, Jorge García.
“Se pidió, a través de una nota de la fundación a Rubén De León, subsidio para las personas en la provincia”, para lo cual ni siquiera tuvo que presentar una cotización, solo los documentos legales, narró.
García es asistente de Afú. Aunque afirmó que ningún directivo cobra, él sí es funcionario de la Asamblea desde 1999.
Su labor es recibir las solicitudes de donación dirigidas a Afú. García se negó a mostrar a La Prensa los documentos que avalan el donativo de los 75 mil dólares por recomendación de Guillermo Broce, abogado de Fudsa. “Ustedes no son entidad para estar mostrándole eso”, se quejó.
Contrario a lo que afirmó García, casi toda la directiva de Fudsa está empleada de forma permanente en la Asamblea, precisamente en el despacho de Afú.
Desde 2012, el secretario, el fiscal y hasta el conductor de la fundación cobran de la planilla permanente, y a partir de 2013, lo hace el vocal. En total, se le han pagado unos 247 mil dólares (según cálculos basados en la planilla de la Asamblea).
Los que no son funcionarios permanentes –como el tesorero de la fundación, Ibsa Vásquez; la vocal y la fiscal– fueron contratados por servicios profesionales unas cinco veces, por la suma de 9 mil 510 dólares. Vásquez pactó con Afú ser “observador” de las obras que se construían en el circuito, de ahí los contratos, aclaró.
Por cada proyecto en el que trabajan, Fudsa obtiene 3% de su valor, por “manejo”, afirmaron miembros de la fundación. Pero, actualmente, no los han cobrado por ser de índole social.
“El diputado Afú, más bien es un colaborador de la fundación. Nos ayuda a conseguir los fondos necesarios [...] a través de personas que conoce y otras del Estado”, y al entregar las donaciones, se le invita a participar, expuso el tesorero, Ibsa Vásquez.
En enero, la Contraloría le refrendó una donación de 10 mil dólares: “para contribuir con los gastos generados en forma de ayuda para apoyar a las clases pobres de extrema pobreza del distrito de Guararé, Las Tablas, Pocrí y Pedasí a solicitud de Jorge García”, indica el documento de la Asamblea, pero aún no han sido entregados.
De ese dinero, la mitad es para pagar gastos médicos y la otra, para gastos fúnebres. La fundación deposita los fondos en el Banco Nacional de Panamá y de ahí se emiten los pagos a nombre de las funerarias, farmacias y en algunos casos de las personas que lo requieran, explicaron.
La Prensa llamó en cuatro ocasiones al diputado Afú y le dejó mensajes de voz y correos electrónicos en los que se le indicaba sobre el tema a abordar, pero no respondió.
ESCUELITA DE DIPUTADA
La Asamblea emitió otros dos cheques en 2015 y 2016, por la suma de 60 mil dólares para la Fundación para la Promoción y Desarrollo de la Mujer y el Niño.
Según una publicación en internet, sus oficinas están en la barriada Mano de Piedra, en Cerro Batea, San Miguelito. Pero ahí la fundación es desconocida, incluso por la Policía, cuyo cuartel está a solo una cuadra de un llamativo edificio color rosa, que resultó ser la sede de la fundación (ver foto). Ni los vecinos saben de su existencia, pese a que sus papeles dicen que se fundó en 1996.
Un letrero frente al edificio rosa –con el logo de la fundación y la fotografía de la diputada reelecta del partido Cambio Democrático Dalia Bernal– anuncia que allí funciona el “Centro de Instrucción Rayos del Saber”.
Una religiosa atendió la llamada de este medio al centro educativo: “Es la escuela, esa es la fundación [...] todo eso salió de la fundación”, respondió sor Margot Pierce, que se identificó como su administradora.
¿Por qué tienen la foto como si fuera de la diputada Dalia Bernal?
“La diputada es dueña de todo eso que está aquí, pero no de la fundación”. Ella es dueña del edificio y lo ofreció gratuitamente a la comunidad, dijo. Antes de ser guardería, el edificio era conocido por sus actividades políticas.
La finca sobre la que está construida la escuela pertenece a Bernal, pero las mejoras –es decir, el edificio rosa– no están declaradas en el Registro Público. El letrero de la escuela también anuncia que es “otra obra del Gobierno Nacional”.
Pero, siendo una obra de Gobierno, ¿devolvería Bernal la escuela al Estado cuando deje de ser diputada? La pregunta se le iba a formular a Bernal, pero después de una decena de veces de tratar de contactarla para solicitarle una entrevista, de mensajes de voz, correos y de recados dejados a través de la religiosa, la pregunta quedó sin respuesta. Bernal no respondió un solo mensaje.
Con los 60 mil dólares donados por la Asamblea se acondicionó el edificio por dentro. “Tenemos una secretaria que trabaja en la Asamblea y ella nos apoya en esas cosas [de las donaciones], es la misma secretaria de la diputada y le pide todas las cartas”, reveló sor Pierce.
En el blog Amigos de Dalia Bernal se aprecia a la diputada en actividades de la Fundación para la Promoción y Desarrollo de la Mujer y el Niño. Y aunque la religiosa asegura que Bernal está desligada de la fundación, en fotos de sus actos publicadas en internet la firma de la diputada aparece en cheques de la fundación.
La escuela Rayos del Saber cobra 60 dólares al mes por niño. En 2016, recibieron 180 niños de entre 1 y 5 años, lo que serían ingresos por más de 100 mil dólares anuales. Pero sor Pierce dijo que eso no alcanza para pagar a las 23 trabajadoras de la guardería. “La diputada me da un cheque de ella de mil 600 dólares al mes para la planilla”, ella ayuda “muy silenciosamente”.
¿Quién paga a los titulares de esta fundación? En el despacho de Dalia Bernal, en la planilla de la Asamblea, figuran como funcionarios permanentes la presidenta de la fundación, Gloria de Lourdes Malo, así como su tesorero, desde 2013 y 2014, respectivamente, por lo que el Estado ha pagado por ellos unos 55 mil dólares en salarios. A su vez, el tesorero, el fiscal y el secretario de la fundación fueron contratados por servicios profesionales en la Asamblea cinco veces en los mismos periodos, por un total de 23 mil dólares.
HASTA LA COMARCA
Los donativos llegan hasta zonas apartadas del país. 50 mil dólares se fueron a la comarca Ngäbe Buglé, distrito de Mironó, donde está la sede de la Organización Social Ngobe Buglé [sic] para el Desarrollo Humano Integral (Osgbedhi), asociación que creó en 2002 la diputada Crescencia Prado (PRD), cuyo circuito se ubica justamente en esa región.
La donación se hizo en dos cheques para “las fiestas navideñas” y el otro para “diversos proyectos sociales para personas de escasos recursos”, a solicitud de Enrique Montezuma Moreno, su presidente, indican los detalles de pago. Montezuma fue diputado de 1994 a 2004.
Para el Ministerio de Gobierno, la persona de contacto de Osgbedhi es la diputada Prado, aunque ella dejó de presidir la oenegé en 2010, dice el Registro Público.
En la planilla permanente de la Asamblea figuran el presidente, vicepresidente, secretario y el subsecretario de la oenegé, todos asignados al despacho de Prado y a quienes en conjunto se les ha pagado unos 190 mil dólares.
Montezuma también recibió de este órgano una donación de mil 500 dólares en 2015 por parte de la Asamblea, aunque desde 2011 era funcionario permanente y desde 2013 lidera la oenegé.
La Prensa trató de contactar a Crescencia Prado por celular y correo al menos cuatro veces, pero tenía el teléfono apagado. Tampoco respondió los mensajes dejados con su asistente.
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