La reciente crisis del agua en la región de Azuero obligó a las autoridades panameñas a hacer un análisis de las cuencas hidrográficas.
Un equipo integrado por funcionarios del Ministerio de Salud (Minsa) y la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) comenzó a tomar muestras de agua en 3 mil 600 puntos de las 52 cuencas hidrográficas.
Tras encontrarse de nuevo atrazina en el río La Villa, en Azuero, se busca detectar cualquier sustancia contaminante que ponga en riesgo la salud de las personas, explica Grimaldo Córdoba, director de Promoción de Salud del Minsa.
El monitoreo será semanal y empezará en provincias centrales como Los Santos, Herrera, Veraguas y Coclé, enumera Córdoba. “La idea es tener en 90 días un equipo desplegado en las nueve provincias y demás comarcas”.
Sobre las condiciones hidrográficas, se pronuncian organizaciones ambientales como el Centro de Incidencia Ambiental (Ciam) y la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza, y hacen un llamado de atención por el abandono de los ríos y al desmejoramiento de la calidad del agua.
Este “muestreo” detectará aquellas sustancias tóxicas que no son localizadas con facilidad por otros análisis, indica Antonio Chang, miembro del Ciam.
Según Chang, los ríos se están afectando por la minería, plaguicidas, extracción de piedras, aguas residuales, concesiones de hidroeléctricas, agroquímicos, basura residencial, y otras fuentes tóxicas.
En la provincia de Panamá hay varios ríos contaminados: Matasnillo, Curundú, Juan Díaz, Tocumen, y Pacora, indican datos de la Anam. En el Pacora opera una planta potabilizadora que suministra agua al área este de la capital.

