El papa Francisco aceptó la renuncia de un obispo auxiliar de la capital chilena, tras el rechazo de grupos feministas a uno de sus comentarios sobre el papel de la mujer en la Iglesia.
“No había ninguna mujer sentada en la mesa [de la última cena de Jesús] y eso tenemos que respetarlo también”, había dicho en mayo el sacerdote Carlos Irarrázaval en una entrevista en televisión poco después de asumir como obispo.
“La decisión ha sido fruto de un diálogo y de un discernimiento conjunto, en el cual el papa Francisco ha valorado el espíritu de fe y humildad del presbítero, en favor de la unidad y bien de la Iglesia que peregrina en Chile”, dijo un breve comunicado del Arzobispado de Santiago.