El Tribunal de Cuentas de Brasil (TCU) determinó ayer el bloqueo cautelar de bienes de la expresidenta Dilma Rousseff y otros exmiembros del Consejo de Administración de Petrobras, debido a la compra irregular de una refinería en Estados Unidos, en 2006.
El organismo fiscalizador afirmó que ese negocio se concretó siguiendo criterios “antieconómicos” y resultó en un perjuicio de más de 580 millones de dólares para Petrobras.
El tribunal otorgó 15 días a los implicados para presentar sus explicaciones y recurrir la decisión o resarcir los cofres públicos.
Rousseff era la jefa de Gabinete del presidente Lula da Silva y presidía el Consejo de Administración de Petrobras cuando esta compró el 50% de la refinería.
CONGELAN ACTIVOS DE EXPRESIDENTA ROUSSEFF
El Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) de Brasil ordenó ayer miércoles el congelamiento de los activos de la expresidenta Dilma Rousseff y de José Sérgio Gabrielli, exjefe de la petrolera con presencia estatal Petrobras, por la pérdida de 580 millones de dólares en la compra de una refinería en Texas en 2006.
La orden también cubre al exministro de Hacienda Antonio Palocci y a tres miembros del directorio de Petróleo Brasileiro, S.A., como se conoce formalmente la empresa, que aprobaron la controvertida compra.
El TCU dijo que detectó“irregularidades” en la compra de la refinería en Pasadena, Texas, una operación que consideró que no tenía sentido desde el punto de vista comercial.
Rousseff, que fue destituida el año pasado por violar regulaciones presupuestarias, era jefa de Gabinete del presidente Luiz Inácio Lula da Silva al momento de la compra de la refinería y era presidenta del directorio de Petrobras. En 2014, cuando la operación estaba siendo investigada por supuesta corrupción, la entonces mandataria afirmó que los directores responsables por el acuerdo le habían entregado información incompleta.
OPERACIÓN
De acuerdo al auto, la operación costó alrededor de mil 200 millones de dólares, un precio definido “en razón de criterios antieconómicos” por parte de los miembros del Consejo de Administración de entonces, señaló el tribunal. Petrobras compró la mitad del capital de la refinería por 360 millones de dólares a la empresa belga Astra Oil, que un año antes había pagado 42.5 millones de dólares por la totalidad de la planta. La petrolera tuvo que desembolsar otros 820 millones de dólares en 2012, con Rousseff ya como presidenta de Brasil.