El Partido de los Trabajadores (PT) lanzó ayer la precandidatura de Lula de cara a las elecciones de octubre, intentando cerrar filas en torno a su líder histórico, condenado la víspera a 12 años de cárcel.
Lula llegó al edificio de la Central Única de Trabajadores, sede de la reunión directiva del partido, acompañado por la exmandataria Dilma Rousseff, su ahijada política destituida en 2016, en el mayor de los muchos reveses que sufrió el partido en los últimos años.
“La decisión de ayer fue política. Obviamente que no estoy feliz. Pero dudo que quienes me juzgaron tengan la conciencia tranquila”, afirmó Lula.
Según los jueces que ratificaron su condena el miércoles por corrupción y lavado de dinero, el expresidente era propietario de un apartamento en el balneario de Guarujá, Sao Paulo, recibido de la constructora OAS a cambio de su mediación para obtener contratos en Petrobras.
Lula enfrenta otros seis procesos judiciales, pero se declara inocente en todos y denuncia una ofensiva judicial para impedir el retorno del PT al poder.
La designación de Lula como postulante a la jefatura de Estado es por el momento simbólica, ya que las leyes electorales solo habilitan a los partidos a inscribir a sus candidatos a partir del 20 de julio. Y pese a disponer de varios recursos para apelar la sentencia, su condena en segunda instancia puede bloquear su candidatura.
Lula también anunció que viajará a Etiopía para participar de una cumbre donde se abordará la erradicación del hambre en el continente.
La visita a Addis Adeba llevó a dos abogados particulares a solicitar a la justicia que le retenga el pasaporte para evitar un eventual pedido de asilo.
Durante el acto del PT, la senadora Gleisi Hoffmann -también acusada por corrupción- anticipó que el partido saldrá a las calles y organizará huelgas como parte de un programa de lucha para mantener viva la candidatura de Lula.
“La persecución política expresada en la condena impide el restablecimiento de la normalidad democrática y la pacificación del país. Una elección que impida competir al expresidente Lula no tendrá legitimidad”, aseguró Rousseff en una nota.