Un palestino abrió fuego a primera hora de ayer a la entrada de un asentamiento judío en las afueras de Jerusalén, matando a tres efectivos israelíes de seguridad e hiriendo de gravedad a un cuarto, antes de ser muerto por fuerzas de seguridad, en uno de los ataques más fatales en una ola de violencia de dos años.
El agresor fue un hombre con permiso de trabajo en Israel y problemas personales que parece haber actuado por su cuenta, dijeron funcionarios israelíes.
El ataque se produjo en un período tenso en medio de feriados judíos y casi seguramente complicará las gestiones de mediación del enviado especial estadounidense Jason Greenblatt, quien acaba de arribar a la región para reunirse con líderes israelíes y palestinos.
En la reunión semanal del gabinete, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que el ataque fue resultado en parte de la incitación sistemática palestina, y que esperaba que el presidente palestino, Mahmud Abás, “condene este ataque y no trate de justificarlo”.