Panamá, tercero en tasa de fecundidad en jóvenes

Panamá, tercero en tasa de fecundidad en jóvenes


Panamá es el tercer país de América Central con la tasa más alta de fecundidad en adolescentes (nacimientos por cada 1,000 mujeres de 15 a 19 años de edad) en el período que va de 2010 a 2015.

Así lo muestra un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el que se indica que en la región, la tasa más alta la tiene Nicaragua, con 92.8, seguido de Guatemala (84) y Panamá (78.5).

El documento también muestra que la tasa de fecundidad de jóvenes en Panamá ha disminuido, ya que durante el periodo 1980-1985 era de 111.1 nacimientos por cada 1,000 mujeres de 15 a 19 años.

Especialistas consideran que es necesario tomar acciones para atender el problema, ya que los embarazos en jóvenes afectan principalmente a las poblaciones que viven en condiciones de vulnerabilidad, contribuyendo a mantener el círculo de pobreza.

Panamá, con alta tasa de fecundidad entre adolescentes de 15 a 19 años

Un informe internacional vuelve a plantear la necesidad que existe en Panamá de abordar el tema de la salud sexual y reproductiva entre los jóvenes.

El documento titulado La salud de los adolescentes y jóvenes en la región de las Américas, de la OMS, recomienda que las autoridades tomen acciones para disminuir el número de jóvenes embarazadas que se registran por año.

Y es que Panamá es uno de los tres países de América Central con la tasa más alta de fecundidad en adolescentes de 15 a 19 años de edad entre los años 2010 a 2015. La lista la encabeza Nicaragua, con 92.8 nacimientos por cada 1,000 jóvenes; seguida por Guatemala, que tiene una tasa de 84 nacimientos por cada 1,000 jóvenes, y luego Panamá, con 78.5 por cada 1,000 jóvenes. (Ver gráfico).

El informe apunta que América Central -con un promedio de 69.1 nacimientos por cada 1,000 jóvenes- es la región de las Américas con la tasa de mayor fecundidad. Luego están los países que integran América Latina y el Caribe, con 66.5. En esta última categorización se incluyen al menos 22 territorios insulares.

En la región de las Américas

Alrededor de 237 millones de adolescentes de 10 a 24 años viven en las Américas, lo que representa una cuarta parte de la población de la región de las Américas, según datos del organismo internacional.



Las tasas de la región son altas en comparación con el promedio mundial, de 46 nacimientos por cada 1,000 jóvenes.

El llamado de atención radica en que los embarazos en jóvenes perpetúan el círculo de pobreza, la exclusión social, la violencia sexual y de género, así como el matrimonio o unión precoz. Asimismo, los embarazos en adolescentes afectan desproporcionadamente a las chicas que ya están marginadas, al tener consecuencias a largo plazo sobre sus posibilidades de educación y empleo.

Realidad en Panamá

En Panamá, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), los nacimientos vivos de madres menores de 19 años, llegaron a 72 mil 451 entre los años 2013 a 2017. El año en que más nacimientos vivos hubo fue 2014, con 15 mil 23. (Ver gráfica).

Las cifras de nacimientos vivos del INEC son muy similares a las de las jóvenes que cada año van en busca de control prenatal a las instalaciones del Ministerio de Salud (Minsa). Son unas 10 mil niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años, una cifra que representa el 30% del total de embarazos reportado por año en el país.

Así consta en las estadísticas de la institución, las cuales detallan, por ejemplo, que en 2018 hubo 10 mil 440 embarazos de niñas y adolescentes sometidos a control, es decir, 528 casos más que los contabilizados en 2017, cuando la cifra ascendió a 9 mil 912. Estas cifras no incluyen las de la Caja de Seguro Social ni de las clínicas privadas.

En tanto, en los dos primeros meses de 2019, se han registrado mil 864 embarazos en niñas y jóvenes.

“Nuestra sociedad no supera el debate sobre la educación sexual versus la educación en sexualidad que necesitamos”.


Jorge Luis Prosperi, especialista en salud pública.

Iniciativas legislativas

Pese a este escenario, en la Asamblea Nacional aún se espera por aprobación el proyecto de ley 61, que busca adoptar políticas públicas de educación integral, atención y promoción de la salud.

La propuesta fue presentada en agosto de 2014 por el diputado Crispiano Adames ante la Comisión de Trabajo, Salud y Desarrollo Social, y durante todos estos años ha generado polémica entre sectores de la sociedad.

La iniciativa de 2014 no fue la primera. Desde 2008, la educación sexual y reproductiva generó tres intensas controversias, a partir de la presentación ante la Asamblea de distintos proyectos de ley -incluido el de 2014- que han buscado adoptar políticas públicas inherentes al tema.

En 2008, el Minsa propuso un proyecto que fue rechazado, porque grupos religiosos y de la sociedad civil organizada alegaron que incitaba a la juventud al libertinaje. Tres años después, en 2011, la diputada del partido Marylín Vallarino interpuso una nueva iniciativa, que tampoco avanzó.

Un debate pendiente

Rubiela Sánchez, socióloga y miembro de la Coalición Panameña por la Educación Integral en Sexualidad, manifestó que este informe viene a respaldar la necesidad de ofrecer educación sexual y reproductiva en los centros educativos del país.

Para Sánchez es lamentable que se logren primeros lugares en aspectos pocos positivos para el país mientras está estancado en otros. “El documento muestra que tenemos una población sumergida en un ciclo constante de pobreza”, expresó.

Además, planteó que las tasas que presenta América Central se deben a que “tenemos tomadores de decisiones con discursos doble moral, a los que les cuesta hacer una gestión acorde con la realidad”.

El especialista en salud pública Jorge Luis Prosperi dijo que hay que estar abiertos al debate respetuoso, superando las murallas ideológicas, religiosas, políticas; que debemos “ponernos en los zapatos” de los jóvenes.

Acotó que “nuestra sociedad debe ofrecer herramientas a la población adolescente y juvenil para que sepa manejarse con éxito en este mundo de libertades”.

En esta circunstancia, la Coordinación Nacional de la Niñez y Adolescencia del Minsa afirma que trabaja permanentemente en los programas de atención integral a la población. En el caso específico de niñas y adolescentes, impulsan el Programa de Atención Integral de Adolescentes.

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