El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y su antecesor, Felipe Calderón, negaron ayer haber recibido sobornos del Cartel de Sinaloa, como denunció la defensa del narcotraficante Joaquín el Chapo Guzmán al arrancar el juicio en contra del capo en Nueva York.
“El gobierno de Enrique Peña Nieto persiguió, capturó y extraditó al criminal Joaquín Guzmán Loera. Las afirmaciones atribuidas a su abogado son completamente falsas y difamatorias”, escribió en Twitter Eduardo Sánchez, vocero de la presidencia mexicana.
Ante el jurado, el abogado de Guzmán, Jeffrey Lichtman, aseguró que el verdadero jefe del Cartel de Sinaloa es Ismael el Mayo Zambada, coacusado en el proceso y prófugo de la justicia, quien habría pagado cientos de millones de dólares “al actual y al anterior presidente de México”.
Calderón, mandatario entre 2006 y 2012, fue el primero en rechazar las acusaciones a través de Twitter. “Son absolutamente falsas y temerarias las afirmaciones que se dice realizó el abogado de Joaquín el Chapo Guzmán. Ni él ni el Cartel de Sinaloa ni ningún otro realizó pagos a mi persona”, escribió.
Guzmán, quien escaló a las alturas del narcotráfico mexicano en los años 80, fue capturado una primera vez en Guatemala y entregado a México, pero se escapó de un penal federal en enero de 2001, cuando arrancaba el gobierno de Vicente Fox (2000-2006).
El capo, señalado por autoridades como jefe del Cartel de Sinaloa, cobró fuerza en el gobierno de Calderón, durante el cual fueron detenidos jefes de grupos rivales.
Tras varios intentos frustrados de captura, el 22 febrero de 2014 fue detenido por marinos mexicanos y con colaboración de la DEA en un operativo en el puerto de Mazatlán, durante el cual no fue necesario hacer un solo disparo.
Pero el narcotraficante se escapó nuevamente la noche del 11 de julio de 2015, burlando las cámaras de seguridad de un penal federal, ante las cuales desapareció a través de un boquete cavado en su ducha que conectaba con un túnel de más de 1 kilómetro, el cual recorrió en una motocicleta anclada a un riel y que conducía a una casa en construcción.
El 8 de enero de 2016, tras un encarnizado enfrentamiento con marinos militares y un nuevo intento de escapar por un túnel que conducía a un canal del drenaje, Guzmán fue detenido por tercera vez en Los Mochis, también en Sinaloa.
El capo fue extraditado a Estados Unidos la noche del 19 de enero de 2017.