En julio próximo, el Ministerio de Educación pondrá en práctica el primer Protocolo escolar de actuación ante situaciones de bullying.
El documento fue elaborado con apoyo de Unicef y otras organizaciones, que detectaron en los talleres que 52.5% de los jóvenes participantes ha sufrido bullying o acoso escolar.
El acoso escolar, bajo vigilancia por un año
Con 12 años de edad, Armando es víctima de bullying. Sus compañeros de clases lo insultan continuamente, hasta el punto de que le cuesta creer que lo que ellos le dicen no es cierto. También le roban la merienda e, incluso, lo han golpeado.
Armando no quiere ir a la escuela. “No me siento bien” o “tengo dolor de estómago”, son algunas excusas a su mamá. A veces simplemente dice “no tengo ganas”.
Tras varias semanas de conversar con el niño, su madre confirmó que estaba siendo objeto de acoso escolar. Denunció el caso en la dirección del plantel; ya decidió que si el problema persiste, cambiará a su hijo de centro educativo.
Los especialistas definen el bullying como cualquier forma de maltrato que ocurre entre estudiantes de forma recurrente, a lo largo de un tiempo considerable y que causa algún tipo de dolor físico o psicológico a las víctimas.
Es por ello que Panamá pondrá en práctica el primer Protocolo escolar de actuación ante situaciones de bullying, elaborado por delegados del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), de la Organización de Estados Iberoamericanos y del Ministerio de Educación (Meduca).
También se sumaron a este esfuerzo las oenegés Fundamorgan, Fundación Amaneceres, Fundación Relaciones Sanas, Fundación Valórate y la Fundación Basta de Acoso y Violencia Panamá.
Natalie Medina es miembro de la Fundación Amaneceres, que desde hace cuatro años organiza talleres, conferencias y jornadas de sensibilización con el propósito de visibilizar y atender el bullying.
Explicó que el protocolo tiene tres objetivos: que los docentes aprendan a detectar, prevenir y atender el bullying. Asimismo, que el Meduca acopie estadísticas que reflejen lo que se registra en los planteles.
El protocolo fue terminado en diciembre de 2016. Su aplicación un año y medio después obedece a que se requerían pruebas para validar el procedimiento.
Veruska Ordás, jefa de la Dirección Nacional de Servicios Psicoeducativos del Meduca, detalló que el protocolo se aplicará como un plan piloto en 10 escuelas oficiales de nivel primario de las regiones de Panamá Centro, San Miguelito, Panamá Norte y Panamá Oeste.
Empezarán en julio próximo y concluirán en julio de 2019. Los resultados deberán conocerse a más tardar en octubre de ese año.
Actualmente, el Meduca trabaja en una resolución que haga de uso obligatorio este protocolo en todas las escuelas del país, públicas y privadas.
El documento establece como pauta general que el trabajador del plantel que descubre o es informado de una situación de acoso se convierte en la “persona encargada” de activar el protocolo, aunque no esté de acuerdo o le parezca exagerada la denuncia.
Activado el protocolo, esa persona deberá proteger al o los estudiantes involucrados, hacer una intervención inmediata y mantener la confidencialidad. Al mismo tiempo deberá seguir siete pasos para documentar la situación.
Realidad
El Meduca no tiene estadísticas oficiales sobre los casos de bullying que ocurren en escuelas y colegios del país.
Sin embargo, un informe del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud, de 2016, revela que en Panamá, 2 de cada 10 niños son víctimas de maltrato o acoso escolar.
Las encuestas para el informe “Prevalencia de la depresión y tipos de maltrato en estudiantes de VIII grado”, realizadas por el Gorgas, fueron efectuadas a 3 mil 619 alumnos de 46 escuelas oficiales del país. La conclusión fue que el 19.7% de los jóvenes es víctima de bullying.
En el documento se apunta que las causas del bullying son multifactoriales y que “son reflejo de los problemas a lo interno de las familias”, sumado a otros factores como el consumo de drogas, alcohol y el maltrato físico o verbal.
En 2014, la Fundación Relaciones Sanas aplicó una encuesta en 11 centros educativos —6 privados y 5 estatales— a 3 mil 45 estudiantes de entre noveno y duodécimo grado. El resultado: el 89% de los estudiantes había presenciado bullying y el principal escenario eran las escuelas.
Las consecuencias
Solymar Dolande, psicoterapeuta y coordinadora del Programa de Prevención de Bullying de la Fundación Relaciones Sanas, aseguró que el acoso escolar se origina por la dificultad que tiene el niño de practicar comportamientos como la empatía, la solidaridad o el respeto.
Para Dolande, este es un comportamiento que “viene de casa”, en donde conductas como insultar o agredir física o verbalmente son habituales. Explicó que cuando un niño se convierte en abusador deja en evidencia que atraviesa una situación más profunda, cuya raíz debe ser descubierta.
En la otra cara de la moneda está el menor que se convierte en víctima. Este tiende a retraerse y a rechazar el asistir a clases.
Dolande comentó que es importante que los padres conozcan bien a sus hijos para que identifiquen los cambios de comportamiento. Recomienda escucharlos, no minimizar los hechos y actuar.
El no atender este tema, advierte la especialista, puede generar a largo plazo trastornos en la conducta como ansiedad, depresión y problemas de ira.
Destacó que tanto el acusador como la víctima atraviesan por una situación que los marcará. Por ello, advirtió, aunque es del seno familiar de donde deben venir las respuestas para frenar esta práctica, se requiere del apoyo de los maestros y políticas claras en los planteles en contra del bullying.