Dicen que el tiro del custodio fue certero: por la espalda. Que su muerte pudo evitarse si la dictadura de Daniel Ortega lo hubiese liberado como parte de un compromiso adquirido, pero no fue así.
Conocido por los presos políticos de la cárcel La Modelo, en Tipitapa, Nicaragua, como el Pastor, por sus actividades religiosas, el estadounidense-nicaragüense Eddy Montes Praslin se convirtió el pasado jueves en otra de las víctimas de un gobierno que día a día siembra muertos en la tierra de Sandino.
Un día antes, el miércoles, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le pidió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos que adoptara “medidas alternativas” de protección a 17 detenidos en extrema situación de riesgo.
“Se trata de líderes estudiantiles, sociales, campesinos, periodistas y defensores de derechos humanos (...) que han tenido un rol de liderazgo” en las protestas antigubernamentales, según la CIDH.
Kevin Sullivan, embajador de Washington en Managua, pidió explicaciones sobre la muerte de “El pastor”, solicitando “un informe completo y creíble”.
La Modelo alberga, al menos, a 800 detenidos por participar en las manifestaciones en contra del Gobierno, aunque se calcula que el número puede ser mayor, dijo Julio Montenegro, abogado de la Comisión Permanente de Derechos Humanos.
En Nicaragua las protestas antigubernamentales estallaron en abril de 2018 contra una reforma a la seguridad social y han dejado 325 muertos, cientos de detenidos y 62 mil exiliados, de acuerdo con organismos de derechos humanos.