El expresidente catalán Carles Puigdemont aceptó ayer las elecciones anticipadas convocadas por el gobierno central cuando tomó el control de la región para evitar su secesión, pero aseguró que la lucha por la independencia continuará.
La Audiencia Nacional española citó a Puigdemont y a 13 integrantes de su depuesto gabinete para declarar en Madrid entre el próximo jueves y viernes, por presuntos delitos de rebelión, sedición y malversación. Según el sistema legal español, un juez decidirá entonces si Puigdemont va a la cárcel mientras se investiga el caso y se prepara un eventual juicio.
Puigdemont viajó a Bruselas después de que el Parlamento regional catalán realizó una declaración unilateral de independencia el pasado viernes, y no está claro si comparecerá ante el tribunal. Ayer aseguró que solo volverá a España si el Ejecutivo central le da unas “garantías” que no especificó.
Al cierre de esta edición, La Vanguardia informó que dos miembros destituidos del gabinete catalán llegaron al aeropuerto de Barcelona, desde Bélgica, en donde fueron recibidos con insultos y gritos de “Larga vida a España” por manifestantes.
Puigdemont y algunos otros funcionarios permanecen en la capital belga.
La aceptación por parte de Puigdemont de la celebración de comicios el 21 de diciembre fue una señal de que Madrid se ha impuesto por el momento en el prolongado enfrentamiento.
A pesar de lo anterior, un sondeo del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat publicado ayer reveló que el número de catalanes que respalda la creación de un estado independiente subió a un 48.7% en en octubre.
Mientras, el Tribunal Constitucional español suspendió cautelarmente la declaración de independencia aprobada por el Parlamento regional catalán, un acto con un perfil simbólico.

