“Abracen a su amigo de al lado”. “Hay que saborear juntos la victoria”. “Este pueblo es PRD”. Cientos de personas sudadas como en clase de zumba corrían a apapacharse, mientras la euforia iba en ascenso.
“Este 5 de mayo hay que darle gancho al uno”, insistía el animador, recordándole a la audiencia que el voto hay que dárselo a Laurentino Nito Cortizo y a José Luis Fábrega, candidatos a la Presidencia y a la Alcaldía capitalina, respectivamente, por el Partido Revolucionario Democrático (PRD).
Era el cierre de campaña de Fábrega, una convocatoria a la que fueron sumándose cientos de simpatizantes desde las 4:00 p.m. Los hombres ondeaban banderas y movían sus cuerpos con discreción. En el fondo estaba la voz y el ritmo del reguetón de Akin, el mismo que provocaba que las mujeres hicieran alarde de sus movimientos circulares de caderas hasta llegar al piso. Sacudían sus pechos y daban pequeños brincos para ver lo que pasaba en la tarima.
El calor iba en ascenso, llegaban más personas, hasta sentirse pequeño el enorme centro de convenciones Vasco Núñez de Balboa, del hotel El Panamá.
El cantante Dubosky se confesó PRD y habló de la fuerza del gueto. El barrio, dijo, está con Nito, el partido fundado bajo la dictadura de Omar Torrijos.
Con el salón a reventar, le toco el turno a Los Patrones de la Cumbia, y Sandra Sandoval gritó a todo pulmón su apoyo a Nito y a Fábrega.
La tipiquera encendía al público como telonera del candidato a la Presidencia. Cantó La ex y La patrona. Sandra movió tanto el cuerpo que empezó a desprenderse la pedrería que llevaba pegada a su vestido. Y terminado el despliegue sensual y artístico en la tarima, se fue despejando el salón.
Había familias enteras, con niños en brazos, jóvenes, muchachos en edad escolar y turbas de simpatizantes que venían de cada circuito electoral, en apoyo a sus diputados y representantes.
“Este gobierno [el de Juan Carlos Varela] corrupto y ladrón, se va”, gritaba el animador del PRD.
En ese momento se fueron otros. Muchos de los que ya se habían gozado el concierto. El acondicionador de aire volvió a la escena y entonces apareció Judy Meana, la compañera de fórmula de Fábrega, quien ayer tuvo un papel secundario.
La representante del Movimiento Liberal Republicano Nacionalista (Molirena) solo saludó al público, lanzó besos e hizo el símbolo de un corazón con sus manos, el mismo que inmortalizó Balbina Herrera en las elecciones fallidas para el PRD, en 2009.
Ya estaban en tarima, al menos, 30 candidatos a diputados y representantes de corregimiento del partido, los responsables de la mayoría de los asistentes al cierre de campaña por la Alcaldía.
Entre los aliados de Fábrega estaban Javier Patacón Ortega, Carlos Pérez Herrera, Yassir Purcait, Héctor Brands, Ramón Ashby, Mario Kennedy y Thays Noriega, hija del fallecido dictador Manuel Antonio Noriega.
Cortizo, quien fuera la sorpresa de la jornada, junto a su esposa Yazmín de Cortizo, llegó levantando las manos en señal de triunfo.
El candidato apareció con vaqueros y camisa blanca, para decir que desde cada “barrio, multi, vereda y casa” los habilitados para participar en las elecciones del próximo 5 de mayo deben salir a votar temprano. Para luego, en la tarde, salir a cuidar los votos.
Fábrega lanzó fuego en su cierre de campaña por la Alcaldía capitalina. Dijo que desde el próximo 5 de mayo se acabará la era de los “lolen”; el periodo del gobierno de los “locos”, de Cambio Democrático; y el de los “lentos”, del Partido Panameñista.
Su propuesta, según dijo ayer, es devolverle al Municipio de Panamá el manejo del servicio de recolección de la basura, y construir, al menos, tres grandes mercados en puntos como el norte y el este de la ciudad.
Abraza la idea de hacer un estudio, planificar y construir un teleférico en la ruta Mi Pueblito-cerro Ancón y Amador, como parte de un desarrollo turístico citadino. Prometió más estacionamientos en la ciudad a precios accesibles, más espacios verdes y extender el sistema de videovigilancia que empezó el actual alcalde José Isabel Blandón.
Fábrega dijo que está listo, porque “ la confianza se gana”.