Robinson, el ‘faraón’ de las concesiones en Bocas



Benicio Robinson, quien lleva casi tres décadas como diputado en la Asamblea Nacional, es señalado por candidatos y pequeños empresarios del lugar como el ‘faraón’ de las concesiones en la provincia de Bocas del Toro.

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Le atribuyen la vinculación con concesiones de cupos del transporte público y del transporte marítimo, así como la concesión para la explotación de los ríos en la provincia.

No obstante, Robinson asegura que el único negocio en Bocas del Toro vinculado con sus familiares es la concesión para extraer piedra y arena en el río Changuinola.

Sin embargo, Gilberto Echevarría, un pequeño comerciante del área, asegura que Robinson está al frente de Transporte y Edificaciones del Atlántico, S.A. ( Teasa), empresa que tiene la concesión para la explotación del río Changuinola, de donde extraen arena y piedra, una industria que genera millones de dólares, y de donde supuestamente sale el dinero para financiar el clientelismo político.

Bocas es una región donde la pobreza alcanza al 44.6% de sus pobladores y apunta un desempleo del 7.4%, el segundo más alto del país.

Bocas: concesiones, negocios y problemas

Los contendores de Benicio Robinson en la carrera por la curul del circuito 1-1 de Bocas del Toro aseguran que las concesiones para la explotación de recursos minerales de los ríos y del transporte público en esa provincia son la principal fuente para el financiamiento del clientelismo político por parte del actual diputado del Partido Revolucionario Democrático (PRD).

Al margen de estos negociados, la provincia de Bocas del Toro está golpeada por una pobreza galopante que alcanza al 44.6% de sus pobladores; pagan la electricidad más cara del país (17 centavos por kilovatio o entre cinco y seis centavos más que en el resto del país); y hay una precaria condición de los hospitales con falta de medicinas y médicos especialistas.

Concesiones y negocios

Robinson es llamado por sus opositores como el “faraón” de Bocas por los negocios y concesiones que supuestamente controla en la provincia, y particularmente dentro del circuito 1-1, que comprende los distritos de Bocas del Toro, Changuinola, Almirante y Chiriquí Grande.

Se le vincula presuntamente con la concesión de cupos de taxis, la concesión de los buses David-Changuinola, los buses Panamá-Changuinola, el transporte marítimo hacia las islas, y a la explotación de material pétreo en varios ríos de la provincia, principalmente en el río Changuinola.

Uno de los últimos negocios en los que ha ingresado Robinson, según sus adversarios, es una discoteca en Chiriquí al estilo del Pub Herrerano (PH), de Varela Hermanos.

Pero el diputado niega la mayoría de estos señalamientos. Dice que el único negocio en la provincia que está vinculado a familiares suyos es la explotación de material pétreo, arena y piedra, en el río Changuinola, concesión que está en manos de la empresa Transporte y Edificaciones del Atlántico, S.A. ( Teasa).

Manuel Ángel Gómez Robinson, pariente de Benicio Robinson, aparece como el actual director y presidente de la empresa.

Robinson asegura que es una concesión legal que fue otorgada desde hace más de 20 años.

Denuncia que en la actualidad hay otras empresas que explotan material pétreo del río de manera ilegal.

Sin embargo, empresarios del lugar aseguran que Teasa mantiene un monopolio con la concesión en la explotación del río en perjuicio de los pequeños comerciantes.

Tal es el caso de Gilberto Echevarría. Él heredó de su padre el negocio de explotación de piedra y arena del río Changuinola.

Indicó que ahora son perseguidos por el diputado Robinson, quien desconoce un acuerdo que se firmó en 2008 para que Teasa explotara el 50% del material pétreo del río y las otras “pequeñas” empresas, el otro 50%.

“Ahora el diputado nos tira a los inspectores del Ministerio de Comercio e Industrias que te imponen multas de hasta $10 mil por supuesta explotación ilegal”, denunció.

Echevarría, quien es candidato a representante de Almirante centro, por la libre postulación, asegura que Robinson es el verdadero propietario de Teasa. “Eso todo el mundo lo sabe en la provincia, lo que sucede es que él pone a sus familiares como representantes legales”, acotó.

Recordó que el propio Robinson fue el que negoció en 2008, a nombre de Teasa, un acuerdo en la Cámara de Comercio de Changuinola para que la explotación del material del río fuese 50% para su empresa y 50% para los pequeños comerciantes.

Durante el año pasado, los pequeños comerciantes que explotaban recursos del río cerraron el puente de acceso a Changuinola en protesta por el incumplimiento del acuerdo con Teasa.

Según Echevarría, los recursos que Robinson obtiene de la explotación del río Changuinola y otros negocios son millonarios y le sirven para el financiamiento del clientelismo político en el circuito 1-1 y asegurar su reelección.

Precisó que Teasa mantiene contratos para el suministro de piedra y arena de proyectos como la construcción del estadio de béisbol Calvin Byron, en Changuinola, la carretera La Milla-Almirante, la construcción del puente binacional en el río Sixaola, en la frontera con Costa Rica, y el proyecto de Valle de Riscó. “Son proyectos multimillonarios”, acotó.

Manifestó que Teasa lleva a cabo la explotación de arena y piedra del río de manera desmedida y poniendo en peligro a comunidades como Finca 02 y Finca 03, que pueden sufrir graves inundaciones durante las crecidas que registra el río en la estación lluviosa.

Otros problemas

Por otro lado, los pobladores se quejan del crítico desabastecimiento de medicamentos en los hospitales de la provincia y de la falta de médicos especialistas, lo que los obliga a tener que viajar hasta la ciudad de Panamá para ser atendidos.

Señalan que no hay medicamentos para el control de la hipertensión arterial y el tratamiento de la diabetes, entre otras enfermedades crónicas.

Sobre el desabastecimiento de medicamentos, el diputado Robinson reconoció el problema, pero indicó que el mismo obedece al funcionamiento del Sistema Integrado de Salud en la provincia, y que es operado tanto por el Ministerio de Salud como por la Caja de Seguro Social (CSS).

Precisó que el sistema funciona de tal forma que los medicamentos son enviados a la provincia de Chiriquí, donde primeramente se abastece a esa población y en segundo lugar, “lo que sobra”, lo destinan para Bocas del Toro.

Al respecto, el director general de la CSS, Julio García Valarini, informó que ha ordenado algunos cambios a nivel de la dirección de la entidad en la provincia para que se “cumplan” las directrices que ha ordenado con respecto a que se le suministre a los asegurados medicamentos alternos.

García Valarini explicó que había dado directrices a la dirección médica para que se despachara a los asegurados medicamentos alternos para padecimientos como hipertensión, diabetes y otras enfermedades, pero estas no están siendo cumplidas.

Con respecto a los médicos especialistas, señaló que cada 15 días la CSS está enviando a un grupo de médicos especialistas a la provincia para evitar que los asegurados viajen hasta la capital. Esto ha reducido costos a la institución a cambio del beneficio a la población, explicó.

Otro problema de salud en la provincia es la demora en la construcción del hospital en Isla Colón, que fue iniciada en el gobierno pasado y aún no se concluye.

En mayo de 2013 el gobierno de Ricardo Martinelli colocó la primera piedra de esta obra que costaría $22 millones.

Carencia de agua

Carros cisterna fueron observados repartiendo agua potable en poblaciones que están a la orilla de la carretera hacia Changuinola. Una moradora de Loma Maleto dijo que el agua la reparten por cisternas cada ocho días, pero en varias ocasiones no llega a todos.

Itzel Villarreal, candidata a diputada independiente, denunció que el problema de agua potable es grave en la provincia, a pesar de la gran riqueza hídrica que hay en el lugar.

Indicó que cientos de mujeres y niños tienen que bañarse semidesnudos en los pozos comunitarios, cuya agua no es potable.

El diputado Robinson explicó que ha gestionado en el presupuesto del Estado la construcción del alcantarillado de Changuinola, por casi $41 millones.

La obra está aún en construcción desde hace tres años, lo que ha causado malestar de los pobladores por la actual destrucción de las calles en Changuinola.

El proyecto consiste en la construcción de 80 kilómetros de tuberías de 8 hasta de 24 pulgadas; se tienen estimadas más de 3 mil conexiones domiciliarias, así como 4 estaciones de bombeo y una planta de tratamiento de las aguas servidas. Además de este alcantarillado, también se ejecuta el de Almirante y el de Isla Colón.

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