En Cambio Democrático (CD), “traidores” y “leales” se han unido en una alianza aplaudida por dos personajes que, tras dejar CD y fundar su propia agrupación política, ahora son aliados del partido que abandonaron. Rómulo Roux, llamado traidor por el fundador de su partido, Ricardo Martinelli, y José Raúl Mulino, quien basó su campaña en las primarias de ese colectivo calificando a Roux de traidor para abajo. Hasta varelista era, según el exministro. Pero eso quedó atrás. Esta semana, Mulino y Roux celebraron algo así como un Yom Kippur, en un almuerzo en el que milagrosamente no se apareció Judas, porque allí estaban todos sus colegas.
Mulino se unió a su odiado rival, el “sobrino de Varela”, al que él personalmente fue a denunciar ante la Fiscalía Especial Anticorrupción, porque tenía información de que el presidente de su partido aceptó dinero de Odebrecht para su campaña preelectoral de 2013. Se unió a ese que, en una entrevista al diario Crítica en julio de 2018 –menos de seis meses antes de la proclamada reconciliación–, dijo que traicionó las bases de CD al eliminar las primarias para el 45% de posiciones de elección disponibles. “La unidad no pasa por la traición”, sentenció Mulino.
Frase lapidaria, sin duda, pero dicha por la misma persona que le dio un nuevo significado a la “renuncia irrevocable”. Y, precisamente, por esas renuncias también pasaron el diputado José Muñoz, que abandonó CD para crear su propio partido, y el exministro y doblemente excandidato presidencial Mimito Arias, quien dejó el barco, primero de hecho, cuando corrió a esconderse tras su derrota en los comicios de 2014, y luego cuando renunció de CD para convertirse en candidato presidencial del partido que hoy se ha unido a CD. En el proceso, ambos fueron tildados de traidores por los más fieles voceros de Martinelli.
Según Arias, renunció porque ese partido “perdió el norte de su acercamiento con las bases”. Muñoz completó su idea: “Los grandes partidos políticos se han olvidado del pueblo”. Menos de un año después, el partidillo y el partidote están unidos. Y como CD está controlado por diputados “traidores” que abandonaron a Martinelli para irse detrás de Roux, todo se hizo bajo su atenta vigilancia.
En conclusión, Mulino se une al traidor y a los igualmente traidores directivos de su partido, al presunto coimero, al sobrino querido de Varela. Y al hacerlo, también se unió a la cofradía que abandonó su partido para fundar otro. Parece que no solo Roux y su combo son traidores. Hay también los que traicionan sus principios. Y “el que traiciona una vez, lo hace 2, 3 y sigue traicionando”, frase que pertenece a alguien no menos traidor, alguien que nos prometió que en su gobierno se podía meter la pata, pero no la mano.