María Mercedes Riaño, la abogada que se encargaba de manejar los negocios de Mossack Fonseca en Brasil (MF), le contó a la Fiscalía Segunda Especializada contra la Delincuencia Organizada todos los detalles sobre cómo habría operado el bufete que está en la mira del Ministerio Público por realizar operaciones offshore que supuestamente sirvieron para facilitar el blanqueo de capitales en el entramado de la operación Lava Jato, en Brasil.
Riaño, quien enfrenta cargos por la supuesta comisión de delitos económicos por este proceso, el 15 de febrero pasado le explicó al fiscal Rómulo Bethancourt que el grupo está constituido por diferentes compañías: Evolusof, el bufete, una fiduciaria, una casa de valores y una empresa de contabilidad.
Además, se refirió a las oficinas internacionales “que son agentes registrados y oficinas registradas”, que según explicó, es donde tienen domicilio todas las sociedades que son creadas en las respectivas jurisdicciones en las cuales ofrecen este servicio y en donde poseen una licencia local de fiduciaria. Estas son: Islas Vírgenes Británicas, Bahamas, Seychelles, Anguila, Samoa, Hong Kong, Nevada, Nueva Zelanda y anteriormente en Niue (al noreste de Nueva Zelanda).
“Solo les faltaba a MF contar con un banco”, dijo.
De Evolusof, por ejemplo, contó que se dedica a la venta de software de digitalización de documentos y ofrecía el servicio de hospedaje de información digital “que proviene de todas partes del mundo”. “Está ubicado en Marbella, en el primer piso de una casita a un lado de los establecimientos de MF, que es el mismo lugar en el que está el centro de cómputo y el departamento de mercadeo”. Narró, además, que Evolusof desarrolló el programa Documanager, que era vendido a distintos clientes y que ofrecía una nube a la que solo se podía acceder a través del programa y que servía para almacenar los documentos digitalizados que venían de diferentes clientes. “Los servidores estaban en ese edificio y en Telecarrier Panamá Pacífico”, declaró.
Jürgen Mossack y Ramón Fonseca Mora, socios de la firma, denunciaron la filtración de su base de datos, a la luz de las revelaciones de la investigación global del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés), que puso al descubierto cómo sociedades offshore creadas por Mossack Fonseca habrían sido usadas para supuestas irregularidades. Por este caso también los investiga el Ministerio Público.
SE DESVINCULA
Riaño le dijo al fiscal que “jamás” ejerció su profesión de abogada en la firma y que tampoco firmó ningún documento. “Yo solo era la promotora de ventas, como ellos me llamaban”. Enseguida agregó que en la firma trabajan Sara Montenegro, quien se encargaba de los asuntos legales, así como de los asuntos de los propios socios (Mossack y Fonseca). “Ella tenía una función muy importante porque no realizaba trámites comunes (...). Ella era la abogada jefa y personal de confianza de los socios. Todo trámite o todo lo que ocurría era a través de ellos tres, inclusive las decisiones de otras oficinas del grupo a nivel mundial (...)”.
Este medio llamó por teléfono a Montenegro para que diera su versión sobre este tema, pero ella no contestó. De igual forma se le envió mensaje de texto, pero al cierre de esta edición no había respondido.
Riaño también se refirió a Amauri Batista, otro colaborador de la firma. Sobre él dijo que viajaba a distintos países no solo a promocionar los productos de MF, sino que era el encargado de “la constitución de reaseguradoras panameñas ficticias, porque la aseguradora era el propio cliente, labor que también hacía Edison Teano”.
“Amauri Batista viajaba mucho a Ecuador y Colombia, según mi conocimiento. Puede que viajara a otras oficinas del mundo, para promocionar los servicios de refacturación, los cuales no eran legales, pues ayudaban al cliente a dejar sus ganancias en los bancos panameños o de otros países, para ello utilizaban varios productos que se originaban en una fiduciaria con licencia lícita”, contó.
PARA PERDERLE EL RASTRO AL DINERO
Batista, siguió contando, además abría cuentas bancarias en FPB Bank Panamá, Santa Lucía, en bancos locales y otros alrededor del mundo. “Amauri Batista y Edison Teano también brindaban el servicio scrow account, que es una cuenta intermediaria en la que entraba y salía dinero de un banco a otro”.
Esta operación, detalló, facilitaba la pérdida del rastro del dinero. “Desconozco si esos dineros tenían orígenes lícitos o ilícitos, así como también desconozco el propósito del porqué los clientes requerían este servicio. Este producto tenía mucha estructura con diversos usos”, explicó. Para ofrecer este servicio, según Riaño, MF contaba con unas 12 cuentas de diversos bancos alrededor del mundo.
“Me acuerdo de las dos que más se utilizaban, era una en Bahamas, en el banco Winterbotham, y otra en Santa Lucía, en el Banco Santa Lucía”, añadió que estas cuentas eran propias de MF.
Reveló también que la firma ofrecía a través de Mossfon Asset Management (Mamsa), a los clientes, portafolios de inversiones, manejo de carteras, bonos, etc., para administrarles el dinero, y que tanto Teano como Batista eran quienes le proponían al cliente estos servicios una vez depositaban el dinero en las scrow accounts, para que “no se llevaran la plata al destino final donde había solicitado” por lo que, según Riaño, ambos abogados “sabían quiénes eran los beneficiarios finales de las cuentas de banco de donde provenía el dinero, así como el verdadero destinatario del mismo”. Este diario intentó por varios medios obtener la versión de Batista, pero fue imposible localizarlo.
MOSSACK FONSECA BRASIL
Cuando en el Ministerio Público le consultaron sobre cómo operaba Mossack Fonseca Brasil, la abogada manifestó que ellos solicitaban varios servicios ofrecidos por la fiduciaria del grupo Mossfon Trust, esta mantenía una licencia para operar en Panamá. “Mi relación con la fiduciaria era tratar la adquisición de fundaciones de interés privado, (...) fideicomisos de Islas Vírgenes Británicas, de Panamá y Nueva Zelanda”.
Contó también que solo a través de la fiduciaria MF podía vender sociedades de países que no eran incorporadas por las licencias de agentes registrados de MF, según la indagatoria esto quería decir que “se trataba de sociedades que estaban fuera de las listas negras de la OCDE”. Según Riaño, “esto se llevaba así porque en la fiduciaria se confeccionaban las estructuras tributarias más sofisticadas para la evasión de impuestos”.
Estas sociedades, que según la abogada eran intermediarias, eran utilizadas para que “los fondos que pasaban por las compañías intermediarias procedentes de países que no estaban incluidos en las listas negras pasaban a cuentas de sociedades tradicionales que sí procedían de jurisdicciones que sí figuraban en listas negras”.
Dijo que el sistema utilizado por la fiduciaria se manejaba en una plataforma distinta a la de la firma, por lo que, según ella, había que cerrar un sistema para poder abrir otro. Añadió que “aunque ella poseía códigos para entrar a los sistemas desde las oficinas de Brasil, nunca pudo ver documentos internos de ellos. “Este sistema no me permitía acceder a los reglamentos [de las fundaciones de interés privado], ni a la debida diligencia de ningún documento, todo lo que estaba en la fiduciaria era secreto”, explicó, al tiempo que agregó que “desconocía” si un cliente en la oficina de Brasil estaba negociando productos “directamente con ellos”.
Puso como ejemplo el caso de Ademir Auada, uno de los empleados de MF que fue detenido el 27 de enero de 2016, en medio de la fase 22 de la operación Lava Jato, en la que se implicó a la firma panameña.
De él dijo que se enteró por la investigación global del ICIJ sobre las offshore y por la operación Lava Jato, que viajaba constantemente a Panamá y se reunía con miembros del grupo.
Recuerda que fue él quien vendió la sociedad Murray Holding de la jurisdicción de Nevada a Nelci Warken. Esta última es identificada por los fiscales brasileños como propietaria (en apariencia) de un apartamento en el condominio de Solaris, en las playas de Guarujá, estado de Sao Paulo. Esta sociedad (Murray Holding) de acuerdo a los fiscales “sirvió para lavar dinero”.
LA CASA DE VALORES
Riaño además contó sobre cómo funcionaba Mamsa, la casa de valores. Esta, explicó, es un administrador de cartera de activos, consultores financieros y portafolios de inversiones, entre otros. Los dueños de esta eran Mossack, Fonseca, Dirk Brauer y Alex Gauster, que tienen oficinas en el tercer piso del edificio Arango Orillac. “Dirk Brauer y Alex Gauster eran los que operaban las actividades de administración de activos a través de consultorías (...) eran banqueros alemanes o suizos. Intentaban captar clientes de todo el grupo para administrar activos, carteras de inversión, bonos de oro (...)”.
Y siguió: “Les decían a los clientes cómo invertir su dinero, pero las cuentas tenían que ser superiores a un millón, eran los que más ganaban en la empresa. También vendían ahorros de retiro. Esto es lícito, lo otro no”. Cuando habló del departamento sociedades, dijo que en el mismo trabajaban unas 100 personas. Explicó que allí elaboraban el documento que era firmado por “colaboradores muy humildes que trabajan en ese departamento para figurar como directores, y mencionó a Leticia Montoya, Tomás De León, Alberto Ruiz, Francis Pérez, Carmen Wong, entre otros.
“En un momento llegó a estar dentro de esas oficinas el Registro Público de Niue, y Edison Teano firmaba como director del Registro Público”.
También contó que ella se vinculó a la firma en 1990 cuando laboró como pasante durante seis meses. Allí los conoció a todos.