Somalia reclamó ayer al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que se abstenga de interferir en sus asuntos internos, tras haber expulsado al emisario de la ONU que cuestionó la decisión del Gobierno de Mogadiscio de detener a un exshebab candidato en una elección regional. El embajador de Somalia, Abukar Dahir Osman, no mencionó la expulsión de Nicholas Haysom, pero señaló que su país necesitaba el respaldo, y no las críticas, del organismo.
“La ONU y sus representantes tienen el deber e, incluso, la obligación de respetar su mandato y no interferir en nuestros asuntos internos y dejar a los somalíes tomar en sus manos su propio destino”, dijo.