La sombra de la corrupción dejada por la constructora brasileña Odebrecht en América Latina se torna cada vez más oscura. En Colombia, donde los sobornos pagados por esta empresa para hacerse de contratos gubernamentales durante el período 2014 - 2015, que suman, al menos, 32.5 millones de dólares, ha cobrado la vida de dos testigos.
El primero fue Jorge Enrique Pizano, excontroller de la Concesionaria Ruta del Sol II, quien reveló las irregularidades en los contratos para una carretera que comunica al centro del país con la costa caribe. El segundo, Rafael Merchán, quien estuvo al frente de la Secretaría para la Transparencia entre 2014 y 2015, durante el gobierno de Juan Manuel Santos.
Otro muerto, aunque no tiene que ver directamente con el caso Odebrecht, fue Alejandro, hijo de Jorge Enrique Pizano, quien consumió el contenido de una botella de agua saborizada que se encontraba en el despacho de su padre, y que, de acuerdo con las autoridades, contenía cianuro.
Muerte de testigos es clave en caso Odebrecht
Lo habían citado como testigo en el proceso contra funcionarios por el caso Odebrecht, pero ayer, al mediodía, en extrañas circunstancias, lo encontraron muerto en su apartamento en Bogotá, Colombia.
El abogado y politólogo colombiano Rafael Merchán, de 43 años de edad, estuvo al frente de la Secretaría para la Transparencia entre 2014 y 2015, durante el gobierno de Juan Manuel Santos.
En su gestión participó en el Comité Antisoborno Transnacional de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y estuvo en contacto con organismos internacionales vinculados a la lucha contra la corrupción.
Su muerte sorprendió a sus conocidos, quienes dijeron que desde Navidad no habían vuelto a saber de su paradero.
Se sabía que Merchán iba a declarar en el caso Odebrecht junto con otras personas, entre ellas, el expresidente de Colombia Juan Manuel Santos y el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, así como los exministros Mauricio Cárdenas, María Lorena Gutiérrez, Germán Cardona y Natalia Abello, y el exdirector de Planeación Nacional Simón Gaviria.
Para todos era conocido que Merchán iba a favorecer a Luis Fernando Andrade, exdirector de la Agencia Nacional de Infraestructura, en el proceso por el escándalo de sobornos de la multinacional brasileña en Colombia.
Cero y van dos
Rafael Merchán es el segundo testigo del caso Odebrecht que aparece muerto en Colombia.
El primero fue Jorge Enrique Pizano, excontroller de Concesionaria Ruta del Sol II, quien reveló las irregularidades en los contratos de la vía que comunica al centro del país con la costa caribe. Pizano apareció muerto el pasado 8 de noviembre en su finca en Subachoque (Cundinamarca) en hechos que todavía indaga la justicia colombiana.
Por este caso renunció a su cargo el director de Medicina Legal, Carlos Valdés, tras admitir errores en la investigación. Dos días después de la muerte de Pizano, su hijo Alejandro consumió el contenido de una botella de agua saborizada que se encontraba en el despacho de su padre, y que, según las autoridades, contenía cianuro.
En Perú
El fiscal peruano José Domingo Pérez, que investiga a la élite política de ese país por sus vínculos con Odebrecht, pidió esta semana denunciar al fiscal general Pedro Chávarry por “obstruir el acuerdo de colaboración eficaz” con la constructora brasileña, convenio que desde enero servirá para adjuntar pruebas clave contra poderosos funcionarios de Perú. Chávarry rechazó vía Twitter las acusaciones de Pérez, alegando que carecen de “sustento jurídico penal” y están llenas de “subjetividades”.
(Con información de El Tiempo, El Espectador, y AP).