El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par de Corea del Sur, Moon Jae-in, subrayaron ayer la necesidad de mantener la vía diplomática para reanudar conversaciones con Corea del Norte en torno a su programa nuclear, después de una fallida cumbre entre Washington y Pionyang en febrero.
En una rueda de prensa en la Oficina Oval de la Casa Blanca, periodistas le preguntaron a Trump si estaba dispuesto a reducir algunas sanciones a Corea del Norte. El mandatario sostuvo que había discutido con Moon “ciertos temas humanitarios” y la posibilidad de que Corea del Sur ayude a su vecino con alimentos.
Trump dijo que su relación con el líder norcoreano, Kim Jong-un, era sólida, y expresó su deseo de que ambos pudieran encontrarse por tercera vez.
El presidente estadounidense se ha reunido con Kim en Hanói y en Singapur, y lo convenció para que suspendiera las pruebas nucleares y de misiles de Pionyang, aunque ha avanzado poco en el objetivo de la desnuclearización.
“Esperamos que al final tengamos una buena solución ... para el mundo”, sostuvo Trump.
Moon dijo que no considera que la cumbre de Hanói, celebrada en febrero, hubiera sido un fracaso, al describirla como parte de un “proceso” más prolongado en los diálogos con Corea del Norte.
Añadió que está de acuerdo con Trump en el “objetivo final” de la desnuclearización total por parte de Corea del Norte.
Por otra parte, China y Corea del Norte abrieron un nuevo cruce fronterizo sobre el río Yalu, lo que indica aspiraciones de vínculos económicos más profundos entre los vecinos, incluso cuando el comercio de Pionyang sigue afectado por las sanciones internacionales.
