El presidente Donald Trump dijo ayer martes que no está contento con un acuerdo presupuestal de los legisladores para impedir un nuevo cierre del Gobierno y financiar la construcción de más barreras en la frontera con México, pero no dijo si lo firmará o no. Los líderes republicanos respaldaron el pacto, diciendo que es una concesión necesaria.
“No puedo decir que esté feliz”, dijo Trump en una reunión del Gabinete.
Indicó que tiene que examinar más el acuerdo, que aprobaría mucho menos que los 5 mil 700 millones de dólares que él ha pedido para su prometido muro fronterizo. Pero dijo que, de una forma u otra, “el muro será construido”, mencionando la posibilidad de que él vaya a “suplementar las cosas” y usar recursos de “áreas... mucho menos importantes” del Gobierno.
Trump dijo que no creía que fuese a haber otro cierre, que afectaría de nuevo a centenares de miles de empleados federales este fin de semana. “Todo” es una opción, señaló en la Casa Blanca, pero “ciertamente no queremos un cierre”. El lunes, los legisladores llegaron a un acuerdo tentativo que proveería casi mil 400 millones de dólares para barreras fronterizas, según allegados al Congreso. La enorme ley de financiamiento, que combina siete medidas de gastos en una, cubriría el resto del año fiscal, que termina el 30 de septiembre.
Los detalles pudieran no conocerse hasta el miércoles, pero el pacto llegó a tiempo para aliviar cualquier amenaza de un segundo cierre parcial del Gobierno este fin de semana.
Los negociadores dijeron que el acuerdo es básicamente el mismo que Trump habría recibido en diciembre, antes de que su renuencia llevase al primer cierre. Los asistentes revelaron detalles bajo la condición del anonimato. Los máximos líderes republicanos, Mitch McConnell, en el Senado, y Kevin McCarthy, en la Cámara de Representantes, se atribuyeron victoria, hablando de concesiones demócratas sobre nuevas barreras fronterizas.