En Venezuela la tensión flota en el aire, aumenta, y no es para menos. A tan solo dos días para que la ayuda humanitaria pueda entrar a paliar las necesidades de los venezolanos, el gobierno de Nicolás Maduro se mantiene intransigente; no cede.
Ante tal tozudez, el presidente interino, Juan Guaidó, reiteró que la ayuda entrará este sábado “de una manera u otra”.
Guaidó anunció ayer que el sábado Venezuela se movilizará para exigirle a los militares que desobedezcan las órdenes de Maduro y ayuden al ingreso de los alimentos y medicinas.
Maduro y los cuarteles, sobre los cuales descansa, han repetido que no dejarán entrar la ayuda humanitaria, pues la consideran un show imperialista.
“Ustedes al final serán responsables de sus acciones. Hagan las cosas bien. Salven a su gente y a su país”, les dijo ayer el comandante del Comando Sur, Craig Faller.
Entre el 21 y el 26 de enero, unas 43 personas murieron en Caracas y en otras nueve ciudades durante varias protestas, en su mayoría nocturnas, y en operaciones que efectuaron en barriadas pobres las Fuerzas de Acciones Especiales, grupo élite de la Policía Nacional que fue lanzado hace dos años tras protestas antigubernamentales. Tras las acciones de las fuerzas de seguridad, los alzamientos en los barrios cesaron, pero se teme que ante la profundización de la crisis puedan reactivarse. “Pienso que el gobierno nos está llevando a la guerra. Será muy difícil [lo del sábado]. Hay una tensión muy brava... pero una bala te mata más rápido que el hambre”, afirmó José Figueroa, de 60 años, conductor de un autobús privado.
Guaidó reunió este miércoles a una veintena de choferes que están dispuestos a llegar el sábado hasta la frontera a buscar alimentos y medicinas. Un cargamento de estos productos donados por Estados Unidos está acopiado en Cúcuta, Colombia, y otros países latinoamericanos y europeos se han comprometido con millones de dólares en asistencia, a solicitud de Guaidó, reconocido por 50 naciones como presidente interino de Venezuela.
Amnistía Internacional llamó ayer a Maduro a reconocer la grave crisis socioeconómica y permitir el ingreso de la ayuda. “Los Estados tienen la obligación de proveer de esta cooperación internacional sin ninguna condición y asegurarse de que esta cooperación, esta asistencia, llegue directamente a las manos de las personas en situación de mayor vulneración”, señaló Erika Guevara, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
(Con información de diarios venezolanos, AFP, Reuters, AP)