El sonar de las ollas se dejó sentir ayer en Venezuela cuando miles de sus habitantes, pancartas en mano, salieron nuevamente a las calles a exigir dos conceptos que han sido reprimidos bajo el régimen de Nicolás Maduro: libertad y democracia.
“Hay que salir del usurpador [Maduro], no hay que pensar en otra”, sostuvo Claudia Rueda, una ama de casa de 53 años de edad.
“¡Aquí estamos, aquí vamos a seguir! ¡Todos a las calles, a la fase definitiva del cese de la usurpación!”, arengó por su parte el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, desde la plataforma de un camión.
Guaidó convocó a una nueva movilización el próximo miércoles con miras a multiplicar un voluntariado que -según explicó- se encargará de organizar y mantener viva la presión en la calle.
Comienza “la escalada de presión más grande que hemos visto en nuestra historia”, afirmó el líder opositor.
Juan Guaidó, presidente encargado.
La estrategia de Guaidó para presionar aún más a Maduro contempla una marcha hacia el palacio presidencial de Miraflores, aunque aún no se tiene la fecha.
Durante la movilización de ayer, los diputados opositores Nora Bracho y Renzo Prieto fueron detenidos por los militares en la ciudad de Maracaibo , aunque posteriormente fueron liberados.
Caracas, la capital venezolana, también se tiñó este sábado de rojo cuando cientos de adeptos al régimen, luciendo vestidos de ese color, ocuparon las calles para, según dijeron, “ratificar el carácter antiimperialista” de la patria de Bolívar.
Mientras marchaban, Maduro les envió un mensaje a través de Twitter: “Juntos, en permanente movilización, sigamos defendiendo la paz y la independencia nacional. ¡No más injerencia!”.
“Haya lo que haya, yo sigo luchando por mi patria y por mi presidente, Nicolás Maduro, damos la vida si es necesario, pero es mi presidente y ahí se queda”, vociferó Maribel Ríos, una trabajadora de limpieza de 65 años de edad.
Terrorismo y sanciones
Esta semana, el senador estadounidense Marco Rubio pidió al Departamento de Estado y al Departamento del Tesoro que se reconozca al régimen de Maduro y a los colectivos como Organización Criminal Transnacional, para que sean agregados a la lista de organizaciones terroristas. “El régimen de Maduro no es el Gobierno de Venezuela”, aseveró Rubio, quien agregó que la administración del dirigente socialista está vinculada con la “producción y tráfico de drogas”.
Por si fuera poco, el viernes, Estados Unidos anunció más sanciones contra el sector petrolero, la principal fuente de divisas del país, para tratar de cercar financieramente al régimen. Ayer, Diosdado Cabello, número dos del oficialismo, tildó de “asesino” al representante especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams, quien amenazó con una respuesta “muy fuerte” si Guaidó es detenido.
(Con información de El Nacional, El Universal, Reuters, AP y AFP)