Venezuela está herida. El golpe certero e incesante que recibe a cada segundo de parte de un gobierno ilegítimo, liderado por Nicolás Maduro, reclama de manera “urgente” que se le brinden los primeros auxilios.
Aunque Maduro ha reiterado que “aquí en Venezuela no va a entrar nadie, ni un soldado invasor”, los primeros alimentos y medicamentos proporcionados por Estados Unidos han comenzado a llegar a Cúcuta, la fronteriza ciudad colombiana.
Colombia, al igual que Brasil, serán los centros de acopio para el ingreso de la ayuda humanitaria, según aprobó ayer martes la opositora Asamblea Nacional.
Un funcionario estadounidense, que habló bajo la reserva de su nombre, dijo a Reuters que la ayuda, incluida comida suplementaria lista para usar y de alta energía, estaría siendo acopiada en Cúcuta.
En Venezuela, los rumores de una inminente acción militar por parte de Estados Unidos corren por cada rincón, situación que aprovecha el gobierno para tratar de “crear conciencia” en la población.
“Quieren decirle al mundo entero que la ayuda humanitaria es el solapamiento para que metamos en una caja a un marine doblado para que después tome el poder por las armas”, ironizó el diputado Miguel Pizarro, jefe de la comisión parlamentaria sobre la ayuda humanitaria.
Pizarro explicó que la ayuda será canalizada por la Iglesia católica y personal médico, toda vez que la Cruz Roja internacional y la Media Luna Roja en Colombia dijeron en un comunicado que declinan participar “en las iniciativas de entrega de asistencia planteadas para Venezuela desde Colombia, sin que exista un acuerdo previo” con las autoridades.
Mario Villarroel, presidente de la Cruz Roja venezolana, explicó que dentro de sus posibilidades asistirán en la preparación y distribución de la ayuda, mas no así en el ingreso de esta a territorio venezolano.
Entre crisis y tozudez
“Hay entre 250 mil y 300 mil venezolanos en riesgo de morir. El primer aporte es para esa población más vulnerable”, aseguró el reconocido presidente encargado, Juan Guaidó, quien admitió que la primera ayuda solo alcanzará para un mes y cinco hospitales.
No obstante, todavía no está claro cómo llegará la ayuda sin la autorización de Maduro y la cooperación de los militares, que se han mantenido leales al jefe de Estado y se encuentran apostados en el lado venezolano de la frontera.
“¿Quieres ayudar a Venezuela? Entonces, que termine el bloqueo”, sugirió Maduro en la televisión estatal el lunes por la noche. “No somos mendigos. Quieres venir a humillar a Venezuela y no permitiré que nuestra gente sea humillada”.
Búsqueda de consenso
Mañana jueves, en Montevideo, la capital uruguaya, ocho países de la Unión Europea y cinco naciones latinoamericanas se reunirán para tratar de buscarle una salida pacífica al conflicto venezolano.
Pese a no tener una postura unánime de apoyo al autoproclamado Guaidó, el grupo de apoyo tiene como objetivo “contribuir a crear las condiciones para que surja un proceso político y pacífico”, que derive en elecciones libres y transparentes.
Desde un primer momento, Maduro se ha decantado por esta opción, alegando que espera que esta instancia propicie una “mesa de diálogo”.
Pero Guaidó y las naciones que lo respaldan, que suman más de una veintena, rechazan de plano esta forma de diálogo por considerar que permite a Maduro ganar tiempo.
El lunes, 11 de los 14 integrantes del Grupo de Lima reunidos en Ottawa, Canadá, consideraron que las iniciativas de diálogo son “maniobras dilatorias” de Maduro para perpetuarse en el poder.
A la cita de Montevideo acudirán funcionarios de México, Bolivia, Costa Rica y Ecuador, como también autoridades del bloque europeo y ocho de sus miembros no alineados en su visión.
Entre ellos estarán Francia, Alemania, Reino Unido, Holanda, Portugal, España y Suecia, que reconocieron el lunes a Guaidó como presidente encargado de Venezuela, tras vencer un ultimátum de ocho días a Nicolás Maduro para que llamara a elecciones.
El canciller de México, Marcelo Ebrard, indicó ayer que no defiende el “régimen” de Maduro, y aclaró que la intención de su gobierno es promover el diálogo para resolver la crisis. México, junto a Rusia, China y otros, reconocen a Maduro como presidente “legítimo” de Venezuela, a diferencia de Estados Unidos y la mayoría de países latinoamericanos, que han dado su respaldo al líder del Congreso, Juan Guaidó, quien se autoproclamó presidente encargado en enero.
La lista de participantes, confirmada ayer martes en un comunicado del Gobierno uruguayo se completa con Italia, que no apoya al opositor del mandatario bolivariano. La Organización de Naciones Unidas no será parte de ningún grupo que promueva iniciativas sobre Venezuela, para, según dijo, “dar credibilidad” a su “oferta de buenos oficios a las partes”. En tanto, el papa Francisco sostuvo ayer que una mediación del Vaticano requiere el acuerdo de ambas partes. Reveló que recibió una carta de Maduro, pero que todavía no la ha leído.
Mientras, la crisis se agudiza. Venezuela agoniza.
(Con información de Bloomberg, Reuters, AFP, AP, NTN24, diarios venezolanos).
Dan plazo para transición hacia un nuevo gobierno
El Parlamento venezolano, de mayoría opositora, fijó en 12 meses la vigencia máxima de un eventual gobierno de transición encabezado por el autoproclamado presidente encargado Juan Guaidó, que comenzaría cuando “cese” lo que considera una “usurpación” del poder por parte de Nicolás Maduro.
“Una vez cesada la usurpación”, Guaidó “ejercerá durante 30 días continuos como presidente encargado” para “conducir el proceso que conlleve a la conformación de un gobierno provisional (...) y la realización de elecciones presidenciales libres”, establece la Ley del Estatuto para la Transición, aprobada este martes en sesión ordinaria.
Si hubiese “imposibilidad técnica para convocar” a las votaciones en esos 30 días, el Parlamento “podrá ratificar al presidente encargado como presidente provisional”, con un mandato con “plazo máximo de doce meses”.
El texto establece, sin embargo, que los comicios deberán “realizarse en el menor tiempo posible”.