La normalización de las relaciones entre Israel y Sudán es un “formidable cambio” de rumbo, afirmó el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, mientras que los palestinos expresaron su “condena” y “rechazo” al acuerdo, que calificaron de “pecado político”.
Tras semanas de negociaciones entre bastidores, que se aceleraron el miércoles con la visita secreta de una delegación israelí a Jartum, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció el acuerdo entre Israel y Sudán, con Netanyahu, y el primer ministro sudanés, Abdalá Hamdok, por teléfono en altavoz.
“¡Qué formidable cambio! Hoy Jartum dice sí a la paz con Israel, sí al reconocimiento de Israel y a la normalización con Israel”, dijo Netanyahu, en una declaración en hebreo transmitida por sus servicios de prensa a la AFP.
Por su parte, la presidencia de la Autoridad Palestina dijo en un comunicado que “condena y rechaza” el “acuerdo para normalizar los lazos con el país de ocupación israelí que usurpa tierra palestina”.
“Se trata de un pecado político que perjudica al pueblo palestino y a su justa causa, perjudica también el interés nacional de Sudán (...) y solo beneficia a Netanyahu”, declaró por su parte Hazem Qasem, portavoz oficial del movimiento islamista palestino Hamás, en el poder en la Franja de Gaza.
Sudán se convierte en el tercer país árabe que anuncia desde agosto la normalización de sus relaciones con Israel, después de Emiratos Árabes Unidos y Baréin.