La ex primera ministra tailandesa Yingluck Shinawatra, prófuga desde agosto para esquivar un juicio que considera político, fue condenada ayer a cinco años de prisión en rebeldía.
Shinawatra, cuyo gobierno fue derrocado en 2014 por los militares, está en paradero desconocido desde el pasado 25 de agosto, fecha en la que debía presentarse ante el Supremo para escuchar la sentencia en su juicio por “negligencia” en un programa de subvenciones concedidas a los arroceros.
La exdirigente salió mejor parada que sus dos coacusados, a los que la justicia impuso duras penas, sobre todo al exministro de Comercio Boonsong Teriyapirom, condenado a 42 años de cárcel.
Shinawatra habría “tenido que establecer regulaciones eficaces para evitar las pérdidas”, dijeron los jueces, quienes indicaron que el programa de subvenciones estaba salpicado de “corrupción en cada etapa”.