El Programa Ampliado de Inmunización del Ministerio de Salud (Minsa) informó que el proceso de vacunación contra la Covid-19, en el que se aplicó el primer lote de 12 mil 840 vacunas que llegó el pasado 20 de enero, concluye hoy.
Fueron varias jornadas que dejaron a su paso críticas, denuncias, lecciones y esperanza. De hecho, hasta ayer en la tarde ya se había colocado más del 96% del total del dosis suministradas a Panamá por el dúo farmacéutico Pfizer/BioNTech.
Del total de las dosis aplicadas, el 64% fue a mujeres y el 36% a hombres. Las regiones de salud donde más se distribuyeron vacunas fue en la Región Metropolitana, Panamá Oeste y Chiriquí.
El Minsa detalló ayer que, por ejemplo, en la comarca Guna Yala el equipo sanitario de la región de Salud recibió 192 dosis de vacunas, mientras que la región de Salud de Panamá este 318 y Darién 108 dosis. Para hoy, el Programa Ampliado de Inmunización distribuirá unas 50 dosis al personal de salud que atiende pacientes Covid-19 en la Ciudad de la Salud y entregará otras más en el Hospital del Niño y algunas policlínicas de la Caja de Seguro Social (CSS).
En palabras del pediatra infectólogo, Javier Nieto dentro de las cosas buenas somos de los pocos países que hemos recibido la vacuna en América y el segundo en Centroamérica después de Costa Rica. “El área de mejora es definir bien qué es lo que se va considerar trabajadores esenciales de la salud, ya que hubo confusión durante la aplicación de este primer lote”, acotó.
Otro de los aspectos que considera generó ruido fue que inicialmente no se tomara en cuenta al personal de salud de los hospitales privados, cuando este brazo del sistema de salud hace gran aporte al país.
“A mí dentro de todo me parece un acierto que en base a recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se decidió vacunar a un mayor número de personas. Ahora espero que los próximos procesos de vacunación sean con transparencia, equidad y disciplina”, concluyó.
A juicio de Enrique Mendoza, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá, lo más importante a futuro es hacer todo lo posible, para que las segundas dosis que se suministrará a las personas que fueron vacunadas con este primer lote lleguen entre 21 y 42 días, como lo recomienda la OMS.
También sugirió una “dinámica adecuada” y un “análisis crítico” de los errores que se cometieron en estas jornadas de vacunación, ya que aún hay personal de salud que no ha sido vacunado. Eso para que no se cometan las mismas falencias.
Hospitales privados
Para José Terán, director médico del Hospital San Fernando, los cambios en la producción de vacunas ocasionaron que muchos países fueran afectados en el proceso de vacunación. “Personas que se enfrentan diariamente al Covid-19 no fueron vacunados en esta ocasión, empañándose el proceso al vacunar a personas que no forman parte de esa primera línea de atención”, manifestó.
No obstante, espera que las entregas se regularicen para que el proceso fluya sin contratiempos.
Además, considera importante que la ciudadanía esté informada sobre la capacidad del sector público de salud para vacunar a la población. “Esto nos daría un aproximado del tiempo que tardaríamos en alcanzar la inmunidad comunitaria. Con esta información, establecer una comunicación efectiva que permita al ciudadano y a los empresarios, planificarse”, añadió.
Finalmente indicó que la ciudadanía debería conocer sobre los planes del gobierno para incorporar al sector privado en la adquisición de vacunas y en el mismo proceso de vacunación, como lo harán en otros países. Esto para aumentar la cantidad de personas vacunadas en el menor tiempo posible, favoreciendo el restablecimiento de las condiciones para la recuperación económica.
Por su parte, Guillermo Baily, director médico del Hospital Nacional, sostuvo que la vacuna es uno de los pilares para que salgamos de la pandemia. “Probablemente la organización, sin decir que fue mala, hay que mejorarla”, comentó.
En tanto, Itzel Hewitt, directora del Programa Ampliado de Inmunización, argumentó que ellos siempre habían estado acostumbrados a trabajar con volúmenes grandes de vacunas, lo que hace más fácil la labor. Sin embargo, señaló que ahora son pequeñas porciones en todo el país y con mucha precisión en cuanto a su distribución, lo que implica un mayor trabajo.
“Lo que sigue ahora es que apenas llega el segundo lote de vacuna se aplica la segunda dosis a aquellos que recibieron la primera en esta etapa, y luego acudir a los asilos donde hay adultos mayores de 60 años”, puntualizó la funcionaria.
Luego vendrían los trabajadores de la salud no priorizados en la etapa 1, los grupos esenciales de la primera línea de la fuerza pública, así como la población con discapacidad mayor de 16 años certificada por la Secretaría Nacional de Discapacidad.
Según Hewitt toda esa población comprende 225 mil personas que corresponden a las 450 mil dosis de Pfizer. En caso que sobren vacunas de la primera fase por cualquier razón, la enfermera detalló que se podrían aplicar a personas que están en la segunda fase, en la que están adultos mayores de 60 años, población entre 16 y 59 años con enfermedades crónicas y los educadores.
“Me quedo con que en esta primera jornada de vacunación, el personal de salud ha demostrado que puede con esto”, concluyó.
