Las autoridades panameñas se preparan ante la inminente llegada de unos 10 mil migrantes que se encuentran en la comunidad de Necoclí en Colombia, pero cuyo interés es viajar Panamá en su ruta hacia el norte del continente.
El defensor del Pueblo, Eduardo Leblanc, informó que ha solicitado una reunión con la Defensoría del Pueblo colombiana a fin de establecer una estrategia para darle un tratamiento humanitario a esta población, en su mayoría de origen haitiano.
Leblanc precisó que entre los migrantes hay mujeres embarazadas y niños que requieren de una atención especial.
Según informes del Ministerio de Seguridad, esta población no está vacunada contra la Covid-19, por lo que se convierte en un factor de riesgo.
El director del Servicio Nacional de Frontera (Senafront), Oriel Ortega, sostuvo que se ha reforzado la vigilancia en el sector fronterizo con Colombia ante la posibilidad de un éxodo masivo.
Los migrantes realizan una travesía de ocho días por la selva del Darién para llegar a Bajo Chiquito, en donde solo hay un puesto de salud con un médico, que no tiene capacidad ni insumos para atender a las oleadas de viajeros.
El flujo diario puede ser de de entre 200 a 800 migrantes que llegan a suelo panameño.
Leblanc alegó que es muy difícil cumplir con la inmunización de estos grupos de migrantes, ya que no permanecen mucho tiempo en un lugar. Dijo que primero llegan a Bajo Chiquito, luego son llevados a los albergues de Lajas Blancas y La Peñita, en los que permanecen unos 15 días, y luego son trasladados al albergue de Los Planes, en Gualaca, Chiriquí, donde pueden estar otras dos semanas, por lo que apenas podrían recibir la primera dosis de la vacuna y no completarían la segunda dosis.
El Senafront, con apoyo del Ministerio de Salud, levantó un albergue para la recepción de migrantes con Covid-19, para evitar la difusión de la enfermedad en el resto de la población.
Por su parte, el ministro de Seguridad, Juan Pino, detalló que desde enero pasado han ingresado por la frontera con Colombia unos 42 mil migrantes, pero que esa cifra puede ser rebasada con creces en las próximas semanas.
Pino aseguró que la travesía de los migrantes por la selva del Darién durante la estación lluviosa se convierte en algo muy peligroso, por la crecida de los ríos y la existencia de bandas delincuenciales en la región.
Los gobiernos de Panamá y Colombia han planteado la necesidad de que el tema sea abordado de forma multilateral con el apoyo de Estados Unidos, el destino preferido de estos viajeros.