CIENCIA

Avances positivos de Pfizer en vacuna contra la Covid-19

Avances positivos de Pfizer en vacuna contra la Covid-19
Sede de Pfizer en la ciudad de Nueva York. AFP/David Dee Delgado


La vacuna contra el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 desarrollada entre Pfizer y BioNTech es eficaz en más de un 90%, indican los resultados preliminares de los ensayos, publicados en un comunicado de prensa.

Eduardo Ortega-Barría, científico panameño con más de 20 años en estudios de vacuna, calificó dichos resultados como una excelente noticia para el mundo, y destacó que son datos provenientes del comité científico independiente de la compañía.

Dijo, empero, que hay que ser cautelosos, porque los resultados aún no han sido publicados o evaluados por agencias regulatorias, y no se tienen detalles de si la eficacia que reportan es contra la infección o la misma enfermedad Covid-19.

Ortega-Barría señaló que la capacidad productiva de esta empresa es limitada, y que se espera que tengan 50 millones de vacunas para finales de este año, lo que representa vacunar a 25 millones de personas.

Recordó que todavía falta conocer sobre su seguridad, ya que la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) pide darle seguimiento unos dos meses al 50% de los participantes del ensayo, en este caso a 43 mil.

Vacuna contra la Covid-19 de Pfizerse basa en técnica nunca antes probada

Entre las cuatro categorías principales de vacunas desarrolladas contra la Covid-19, la fabricada por la farmacéutica estadounidense Pfizer –que anunció ayer que su vacuna tenía una efectividad del 90%– aún no había sido probada. Sin embargo, se basa en una tecnología inédita hasta hoy.

Todas las vacunas tienen el mismo objetivo: entrenar el sistema inmunológico para que reconozca el virus y así elevar sus defensas de forma preventiva, para neutralizar el virus real de producirse el contagio.

Las vacunas convencionales se pueden elaborar a partir de virus inactivos (como polio o la gripe), atenuados (sarampión, fiebre amarilla) o de proteínas llamadas antígenos (hepatitis B).

La de Pfizer, elaborada en conjunto con la alemana BioNTech, se basa en una nueva tecnología llamada ARN mensajero. Por medio de esta técnica se inyectan en el cuerpo hebras de instrucciones genéticas bautizadas ARN mensajero, esto es decir, la molécula que le dice a nuestras células qué hacer. Cada célula es una minifábrica de proteínas, según las instrucciones genéticas contenidas en su núcleo.

Así, el ARN mensajero de la vacuna se inserta en el cuerpo y toma el control de esta maquinaria para fabricar un antígeno específico del virus: la “espícula” del coronavirus, su punta tan reconocible que está en su superficie y le permite adherirse a células humanas para penetrarlas.

Este pico, inofensivo en sí mismo, será detectado por el sistema inmunológico, que producirá anticuerpos y estos, con suerte, permanecerán en guardia durante mucho tiempo, según se indicó.

Una vez inyectado el material genético, “las células que se encuentran en el lugar de la inyección empezarán a producir, de forma transitoria, una de las proteínas del virus”, explicó Christophe D’Enfert, director científico del Institut Pasteur.

La ventaja es que, al utilizar este método, no hay necesidad de cultivar un patógeno en el laboratorio, porque es el organismo el que hace la tarea. Es por esta razón que estas vacunas se desarrollan más rápidamente. No se necesitan células ni huevos de gallina (como con las vacunas contra la gripe) para fabricar esta vacuna.

“Las vacunas de ARN tienen la interesante característica de poder producirse con mucha facilidad en cantidades muy grandes”, resume Daniel Floret, vicepresidente del Comité Técnico de Vacunas de la Alta Autoridad Sanitaria.

Es de tener en cuenta que no es posible que el ARN se integre en un genoma humano, formado por ADN. “El ARN, para poder integrarse en el genoma, tiene que ser lo que se llama transcrito inverso [en el ADN] y eso no ocurre espontáneamente en las células”, precisó Christophe D’Enfert.

En cuanto a la proteína del nuevo coronavirus, “no se va a producir todo el tiempo, se detendrá” porque, como con cualquier vacuna, el sistema inmunológico destruirá las células que producen la proteína viral. “El proceso, por tanto, terminará por sí solo”, explicó Bruno Pitard (Inserm/Universidad de Nantes), que dirige una start-up que trabaja en este tipo de vacuna.

La desventaja de estas últimas: deben almacenarse a muy baja temperatura. El gobierno de Estados Unidos ha estado implementando la logística necesaria durante varios meses.

Hasta la fecha, no se ha aprobado ninguna vacuna de ADN o ARN para humanos, aunque existen vacunas de ADN para uso veterinario en caballos, perros o salmones, entre otros.

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