El presidente peruano, Martín Vizcarra, inició ayer la campaña para reforestar con un millón de árboles el santuario arqueológico Machu Picchu, a fin de proteger a la ciudadela inca contra las lluvias y deslizamientos.
“Estamos aquí para empezar con la forestación de un millón de árboles en la zona de amortiguamiento del santuario de Machu Picchu”, dijo el mandatario desde el distrito Machu Picchu, en la región Cusco.
Aseguró que la meta del millón de árboles “es un compromiso del gobierno, de la región, del municipio y de todos los ciudadanos que quieren proteger la maravilla del mundo”.
La antigua capital del imperio inca (siglos XV y XVI), en el distrito Machu Picchu, provincia Urubamba, 80 kilómetros al noroeste de la ciudad de Cusco, es desde hace años amenazada por intensas lluvias que provocan deslizamientos en invierno, y por incendios en verano.
El domingo, la empresa operadora del tren hacia la ciudadela decidió restringir el servicio por el deslave de piedras y lodo por las lluvias.
Especialistas del Ministerio de Ambiente sostienen la necesidad de sembrar árboles en el cinturón ecológico (zona amortiguamiento), que permitan proteger el santuario arqueológico y la flora y fauna que lo rodea.
Hallada en 1911 por el explorador estadounidense Hiram Bingham, Machu Picchu fue declarada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 1983.
El complejo arqueológico es un área protegida de Perú, de más de 35 mil hectáreas, que comprende el entorno natural del sitio Machu Picchu, enclavado en la abrupta selva nubosa de las yungas en la vertiente oriental de los Andes peruanos y a ambas márgenes del río Urubamba, que corre en esta sección con dirección noroeste.