Información relevante y corroborable del programa Capital Semilla, uno de los programas de la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Ampyme), ha sido sistemáticamente negada por el director de la entidad, Óscar Ramos, pese a que la ley lo obliga a divulgar información que es ocultada deliberadamente por la institución.
Este medio lleva meses tratando de obtener información sobre los beneficiarios, su ubicación, montos asignados, ramo de negocios, comités de evaluación de los emprendimientos, pero todo ha sido sistemáticamente negado, aduciendo prohibiciones de la Ley de Protección de Datos y el Código de Comercio, entre otras legislaciones.
La Prensa solo ha obtenido información general sobre el monto total entregado, y al tratar de obtener detalles, la iniciativa fue obstaculizada.
La Prensa, en una serie de reportajes sobre el tema, documentará cómo la Ampyme impidió la obtención de información pública que involucra el desembolso de millones de dólares del Tesoro Nacional en varias administraciones, incluida la presente. Estas entregas probarán que se trata de información de dominio público que la Ampyme se niega a entregar.
La Ampyme se niega a rendir cuentas de Capital Semilla
A finales de agosto pasado, los diputados Raúl Pineda (PRD) y Edison Broce (independiente) protagonizaron una acalorada discusión –que casi termina en los golpes– porque el último preguntó al director de la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Ampyme), Óscar Ramos, cuáles eran los criterios para entregar fondos a los beneficiarios del programa Capital Semilla.
El altercado fue en la Comisión de Presupuesto de la Asamblea. Pineda, según Broce, obstaculizó su intención de interrogar a Ramos sobre esta iniciativa y los millonarios fondos repartidos.
Luego del altercado entre los diputados Broce y Pineda, ambos aseguraron que fue su colega el que se paró primero de su asiento.#LaPrensaSecuestrada https://t.co/0uzY5BFxjm pic.twitter.com/RhfDzakeuo
— La Prensa Panamá (@prensacom) August 25, 2021
La reacción de Pineda reveló lo sensible que es este asunto para él, y con ello consiguió lo que buscaba: evitar que Ramos respondiera por este programa, el más popular de la Ampyme.
Ramos habría entendido también lo que buscaba Pineda, pues, por propia iniciativa, negó información a La Prensa del manejo del programa Capital Semilla, pese a que se trata de fondos estatales, información que no solo es de carácter pública, sino que debe ser divulgada, de acuerdo con el decreto ley 126 que reglamenta la microempresa (ver facsímil 2).
Capital Semilla es “un fondo para emprendedores, no reembolsable, siempre que el solicitante cumpla con la capacitación y la fiscalización que le seguirá la Ampyme, hasta que la microempresa se convierta en un negocio productivo para el solicitante”, indica la Ley 72 de 2009 que regula la micro, pequeña y mediana empresa.
Entre 2009 y 2019, este programa desembolsó $11.6 millones a más de 17 mil personas, mientras que desde 2019, la actual administración ha entregado otros $6.2 millones a 3,808 emprendedores, según la entidad.
En total, desde 2009, se han desembolsado $17.8 millones, beneficiando a más de 21 mil personas, pero no existe un informe que evalúe la eficacia de este programa.
El pasado 9 de noviembre se sumaron $10 millones más para la Ampyme, la mayoría para Capital Semilla tras aprobarse en la Comisión de Presupuesto de la Asamblea. Hace más de tres semanas, La Prensa le pidió a Ramos el sustento y detalle de su uso, pero no respondió.
Uso de los fondos
Según testimonios recogidos por este medio, el programa se utiliza también con fines políticos. Tal afirmación no es descabellada, pues algunos diputados han divulgado en las redes fotos suyas entregando la “Semilla”.
De acuerdo con la Ampyme, el programa ha sido usado para “aliviar los sectores afectados por la pandemia”, y por ello, el año pasado, la actual administración modificó la Ley 33 de 2000, para aumentar de mil a $2 mil el límite de los desembolsos a los beneficiarios de este fondo no reembolsable.
Pese a ello, no hay una base de datos de acceso público que permita analizar a qué se dedican los emprendedores beneficiados; de qué corregimiento, distrito o provincia son; e incluso cuántos trabajadores e ingresos tendrían las microempresas, así como su grado de formalidad, si son nuevos emprendimientos o ya existían, datos que permitirían entender la dinámica del programa.
La falta de información tampoco permite conocer la tasa de supervivencia de los proyectos beneficiados desde que recibieron el dinero, su evolución a un año, dos, cinco, o si crecieron en ingresos y trabajadores.
De lo que sí hay abundante evidencia –a través de fotografías– es la efectividad con que ciertos diputados logran ser la cara de la entrega de fondos de este programa.
Opacidad
Como ya se dijo, el Decreto-ley 126 que reglamenta la Ampyme establece que se debe divulgar la lista de beneficiarios tras ser elegidos por un comité evaluador que examina sus planes de negocio.
Cuando este medio le preguntó al director de la Ampyme si esa información había sido publicada, el funcionario respondió que sí, pero evitó decir dónde. Prometió que los detalles los daría por escrito (ver facsímil 1).
Pero días después, informó a La Prensa –por escrito– que no podía entregar esa lista porque, a su juicio, está protegida, y hacerlo –aseguró– violaría la Ley de Protección de Datos.
Pero la opinión de Ramos carece de sentido, ya que en la web de la Ampyme hay una copiosa cantidad de fotos de él mismo y de políticos, incluido el presidente, Laurentino Cortizo, posando con los beneficiarios al recibir los fondos, con lo cual, el propio Ramos estaría violando lo que califica de “información protegida”.
Según la directora de Servicios Financieros de la Ampyme, Gloria Arosemena, los favorecidos autorizaron publicar sus fotos, aunque no dio prueba alguna de ello.
Para matizar la severidad de su opinión, en la carta que envió Ramos a La Prensa, este informó que, “en aras de promover la transparencia en la administración pública, se mantiene una lista genérica consultable en la Dirección de Servicios Financieros de la institución”.
Esta “lista genérica” también fue solicitada por este medio, pero, como con el resto de la información verificable que solicitó La Prensa, tampoco fue entregada.
La Prensa también preguntó a Ramos por el comité que evalúa las iniciativas de los emprendedores. Al igual que en anteriores ocasiones, también tuvo que insistir para obtener una respuesta. Ramos, además, no accedió a una entrevista.
“Son por área geográfica, no existe un comité único. Se integran de tres a cinco personas, siempre un número impar, los mismos son parte de los clubes cívicos, organizaciones del sector económico relacionadas con la actividad e instituciones del Estado”, indica su correo a este medio, en relación a los comité de evaluación.
La Prensa le preguntó a Arosemena el nombre de las organizaciones invitadas a dichos comités –cuyas actas impidió ver– pero no supo qué responder, entonces, pidió que la petición fuera formulada en un correo.
“Cámaras de Comercio en el interior, Club Kiwanis, Club de Leones, Club Activo 20-30″, respondió tres días después, sin precisar las provincias o cuáles de los 14 cámaras de Comercio fueron invitados.
La opacidad del manejo de los millonarios fondos de Capital Semilla se acentuó cuando la Ampyme también negó a La Prensa la lista de las empresas creadas con esta iniciativa desde 2009 a la fecha, su ubicación y sus indicadores económicos de evolución.
La Ampyme argumentó que se lo impedía el Código de Comercio, y que la información del programa en pasadas administraciones se entregó de forma “parcial”.
La antecesora de Ramos, María Celia Dopeso, aseguró que entregó al actual gobierno un informe extenso de Capital Semilla y de otros programas, con los indicadores de emprendimientos y un manual de procedimientos.
Testimonios
Estos procesos incluyen el seguimiento a los emprendimientos, pero los testimonios revelan que no se hace.
En Chiriquí –por ejemplo–, desde 2017, Massiel Ríos tiene un negocio de catering y mermeladas artesanales, creado con fondos de Capital Semilla de Ampyme. Los $900 del programa le sirvieron para comprar una estufa semi industrial, refrigeradora y utensilios.
“El primer año estuvieron pendientes… Vinieron dos veces a la casa y vieron mis declaraciones de renta. Hicieron un informe y me dijeron que con eso podría aplicar a otros beneficios de Ampyme”, describió.
Les tomó la palabra, pero en esta administración no hay constancia de los informes de su negocio, el cual, gracias a continuas capacitaciones de otras organizaciones, logró prosperar.
En Panamá Oeste reside Yamileth Gónzalez, de 37 años. A finales de 2019, participó en el programa Capital Semilla y recibió $850 para crear una microempresa para vender bolsos, cosméticos, perfumes y artículos de niños, que tuvo que comprar a un proveedor que le proporcionó la Ampyme.
Funcionarios de la institución la capacitaron 40 horas, en las que preparó un “plan de negocio”. “Consistía en un plan de mercadeo y presupuesto, pero no a profundidad”, dijo. Aunque está agradecida, cree que la capacitación fue superficial. El seguimiento dispuesto por ley quedó en promesas, se quejó. “No tenemos ningún seguimiento de Ampyme”, añadió.
Quizás, por ello, la mayoría de los emprendimientos de los beneficiarios de su grupo murieron en su cuna. “Mantenemos un grupo de Whatsapp [con los 40 emprendedores], por cualquier novedad, y nadie ha comentado que tenga seguimiento ni ha recibido ni siquiera una llamada”. indicó.
Alicia Jiménez, economista de la Federación de Cámaras de Comercio de Panamá, está de acuerdo en que 40 horas de capacitación de la Ampyme es muy poco. “No son suficientes, se requiere seguimiento técnico”, aseguró. Además, se pregunta por qué los representantes de corregimiento tienen que sugerir las personas que recibirán los fondos de Capital Semilla.
La importancia de este programa radica en que se trata del único dirigido a emprendedores, pero “el proceso de seguimiento no lo tenemos claro”, dijo Fabio Martínez, de la Red Panameña de Microfinanzas, gremio de la directiva de Ampyme.
Las quejas del programa abundan. Cinco diferentes fuentes, que pidieron reservar su identidad, aseguraron a La Prensa que los diputados estarían gestionando fondos de Capital Semilla, y que parte de los beneficiados pasan por el tamiz político... y las fotos así lo confirman.