Más de un millar de migrantes hondureños rompieron ayer una barrera policial en la frontera de Guatemala para unirse a cientos de sus compatriotas que salieron en caravana rumbo a Estados Unidos (EU) huyendo de la pobreza y la violencia.
Los migrantes, que portaban una bandera de Honduras al frente, superaron sin mayores incidentes el cerco policial para cruzar el puesto fronterizo guatemalteco de Agua Caliente sin hacer el trámite migratorio.
Los migrantes, incluidos numerosos niños, salieron desde la noche del martes de San Pedro Sula, 180 km al norte de Tegucigalpa, y desde el miércoles empezaron a ingresar a Guatemala, donde se han dispersado.
Las autoridades guatemaltecas informaron que hasta el momento 1,350 hondureños habían presentado la documentación requerida para pasar.
“Dicen que pagan bien en EU por pintar casas”, dijo Kelvin Ramos en la Casa del Migrante de la Iglesia católica en el poblado de Esquipulas, limítrofe con Honduras.
Aleida Serrato, delegada de la Procuraduría de los Derechos Humanos de Izabal, explicó que los migrantes que ingresaron a Guatemala por el Cinchado se dispersaron por la carretera al paso fronterizo del selvático departamento de Petén, colindante con México. Miles de hondureños, salvadoreños y guatemaltecos, empezaron a salir en caravanas desde el último trimestre de 2018 cruzando México para llegar a Estados Unidos, huyendo de la violencia y la pobreza en sus países. Esta nueva caravana tiene la advertencia de que no se le permitirá entrar en México, declaró el miércoles el presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei.

