El último deslave en el relleno sanitario de Cerro Patacón, corregimiento de Ancón, es una imagen que define años de un mal manejo ambiental y sanitario en el lugar.
Álvaro Díaz, director de Servicios Técnicos de la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario, subrayó que la concesión dada a Urbalia para el relleno es de 132 hectáreas, pero la contaminación generada impacta unas 9 mil hectáreas a su alrededor, que incluye el Parque Nacional Camino de Cruces.
“El principal problema allí es que la empresa Urbalia no compactó bien el relleno y ahora con la lluvia se produjo un deslave”, acotó.
En tanto, Miguel Flores, director de Verificación de Impacto Ambiental del Ministerio de Ambiente, indicó que el incidente provocó contaminación en los ríos Guabinoso y Cárdenas.
Además del impacto ambiental, los asentamientos informales se tomaron ocho hectáreas de la concesión del relleno, lo que supone un riesgo sanitario en el sitio.
Urbalia informó que realiza la adecuaciones necesarias después del deslave.
AAUD: contaminación en Cerro Patacón impacta 9 mil hectáreas
El relleno sanitario de Cerro Patacón, en el corregimiento de Ancón, se ha vuelto un problema ambiental y también de salud pública, que ha escapado de las manos de entidades como el Ministerio de Ambiente, la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario (AAUD) y el Ministerio de Salud (Minsa).
Las lluvias de esta semana causaron un deslave en la etapa 1 del relleno sanitario, clausurada hace siete años. Esta situación provocó que los lixiviados (líquidos que circulan entre los desechos) se desbordaran y causaran daños en la planta de tratamiento de estos fluidos y en la planta incineradora.
Personal de servicios técnicos de la AAUD, en conjunto con Urbalia, empresa encargada de la administración del relleno sanitario, y el Ministerio de Ambiente, llevaron a cabo evaluaciones en la zona para determinar el grado de daño al ambiente.
No obstante, en varias ocasiones tanto la AAUD como el Ministerio de Ambiente han determinado que afluentes de agua alrededor de Cerro Patacón están contaminados por los lixiviados que emanan del relleno, entre los que están los ríos Guabinoso y Cárdenas.
A esto hay que agregar los asentamientos informales que se levantan alrededor del relleno sanitario y que se han tomado cerca de ocho hectáreas de la concesión.
De la anterior información dio cuenta Álvaro Díaz, director de Servicios Técnicos de la AAUD, quien agregó que la concesión para este relleno es de 132 hectáreas, pero la contaminación que genera impacta unas 9 mil hectáreas a su alrededor, que incluye el Parque Nacional Camino de Cruces.
“El principal problema allí es que la empresa Urbalia no compactó bien el relleno y ahora con la lluvia se produjo un deslave y eso puede volver a ocurrir”, dijo Díaz, quien agregó que, después del deslave, la basura se mezcló con los lixiviados y esa sustancia fue a parar al río Guabinoso y, por ende, a la cuenca del Canal.
El funcionario subrayó que le abrieron un expediente a Urbalia y que para hoy esperan reunirse con representantes del Ministerio de Ambiente y del Minsa para determinar los pasos a seguir.
También mencionó que la concesión finaliza en 2023 y desde ya desarrollan un pliego de cargos para gestionar los desechos sólidos de otra manera fuera de esta zona, aunque no precisó el sitio donde se instalaría el nuevo relleno sanitario.
“Lo que ocurre dentro de Cerro Patacón es una tragedia ambiental”, puntualizó.
Bomba de tiempo
Además de este deslave, en los últimos años se vienen dando situaciones que dan cuenta del mal manejo dentro de esa zona de depósito de desechos de los distritos de Panamá y San Miguelito.
Por ejemplo, en 2013, un incendio en ese lugar expidió gases altamente tóxicos que, además de afectar a los residentes de las cercanías, contaminó el ambiente de forma moderada.
Alida Spadafora, exdirectora de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (Ancon), señaló que la Ley 51 del 29 de septiembre de 2010 estableció la obligación de la AAUD de elaborar el Plan Nacional de Gestión Integral de los Residuos Sólidos e implementarlo de manera gradual en los municipios.
Recordó que el plan –que establece las reglas del juego sobre cómo manejar los desechos sólidos en el país– ya fue elaborado y aprobado, pero muy poco se está haciendo para implementarlo.
“La AAUD ha trabajado en cierres de vertedero, pero hay que aplicar un sistema de manejo de residuos de manera que no lleguen a vertederos como Patacón”, dijo la ambientalista, y añadió que el Gobierno debe aportar más presupuesto al manejo de los residuos.
A juicio de Spadafora, cuesta menos actuar que no hacer nada. Incluso, lamentó el impacto de lo que ocurre en Cerro Patacón en los ríos Mocambo y Cárdenas, y en las comunidades que están alrededor.
“Ese relleno es una llaga infectada en medio de la ciudad de Panamá. Es una bomba que estalla cada cierto tiempo. Hay que ir pensando en un contrato mucho más eficiente y mucho mejor estructurado, cosa que se prohíba el ingreso de más residuos allí”, concluyó.
La deuda
Según Daniel Cantor, director de Operaciones de Urbalia, el deslave provocó daños al horno incinerador y la planta de generación, por lo que tuvieron que parar la planta de tratamiento de lixiviados. Sin embargo, afirmó que ya están realizando las adecuaciones en el área.
“Dentro del incidente, la operación de disposición en el relleno no ha sido afectada y tampoco el plan de manejo de lixiviados”, aseguró Cantor, y enfatizó que la AUDD les adeuda $10.3 millones.
Sobre el impacto del deslave en el lugar, señaló que el Sistema Nacional de Protección Civil debe realizar una valoración y luego se aplicarán los planes de adecuación para darle una correcta disposición de los residuos y lodos que resultaron del colapso de la etapa 1.
A pesar de los señalamientos del representante de Urbalia, Miguel Flores, director de Verificación de Impacto Ambiental del Ministerio de Ambiente, explicó que el impacto del material sólido (desechos y tierra compactada) producto del deslave ocasionó el desborde de las lagunas de lixiviación (sustancia contaminante) y, por consiguiente, de las fuentes hídricas cercanas al relleno sanitario.
“Los lixiviados provenientes de las lagunas llegaron a una quebrada, la cual drena al río Guabinoso y este, a su vez, es tributario del río Cárdenas. El Ministerio de Ambiente ha realizado desde el día del evento recorridos en mencionadas fuentes hídricas, a fin de detectar afectación a la fauna acuática. Por el momento, no se ha detectado fauna acuática muerta; sin embargo, no se descarta en los siguientes recorridos la detección in situ de fauna afectada”, detalló.
De acuerdo con Flores, se abrirá un expediente, pero actualmente se encuentran en el proceso de investigación y, de evidenciarse la responsabilidad de Urbalia, se procederá con las sanciones que correspondan, según la ley ambiental 41 de 1 de julio de 1998.
El artículo 11 de esta normativa establece sanciones de acuerdo con la gravedad del riesgo o el daño ambiental, la reincidencia del infractor y su actuación con posterioridad al hecho.
El infractor tendrá, además, la obligación de efectuar o asumir la limpieza, restauración, mitigación o compensación del daño ambiental a que haya lugar, sin perjuicio de las responsabilidades civiles y penales.