La campaña electoral por el plebiscito del 26 abril en Chile, que decidirá si se cambia o no la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, comienza hoy en medio de una crisis social que no cesa y una profunda polarización política.
Más de 14.6 millones de chilenos volverán a votar en un referéndum, 31 años después del último de ellos, en el que se realizaron reformas a la Constitución. Un año antes, en 1988, se había celebrado el histórico plebiscito que puso fin a la dictadura de Pinochet (1973-1990).
La votación del 26 de abril fue planteada como una de las vías para poner fin a la grave crisis social y política iniciada en Chile el pasado 18 de octubre, que dejó 31 muertos y mantiene contra las cuerdas al gobierno del presidente derechista Sebastián Piñera.
La campaña se extenderá hasta el 23 de abril.
En el plebiscito, se preguntará a los votantes: “¿Quiere usted una nueva Constitución?”.
También se les pedirá que determinen qué tipo de órgano redactará la nueva Constitución si esta se aprueba: una convención mixta, conformada por constituyentes elegidos y legisladores, o una convención constitucional, una especie de asamblea constituyente compuesta solo por miembros elegidos.