El Comité Conciencia Viva realizó ayer un acto en memoria a las 20 víctimas del vuelo 902 de Alas, producto de un “atentado terrorista” el 19 de julio de 1994.
Ya han pasado 26 años desde la tragedia y los familiares de las víctimas, en su mayoría judíos, aún esperan justicia.
“El dolor no puede ser alimentado por el olvido, siempre hay que mantener la memoria viva” fue la reflexión de Alberto Levy, del comité organizador, antes de darle la palabra a Aana Ksrina Smith Cain para participar en el acto, que este año se hizo de forma virtual.
Smith Cain, nieta de una de las víctimas, James Ward Cain, recordó el dolor: “Fue un acto que nos derrumbó por completo a muchas familias que sufrimos cuando nuestro seres queridos murieron ese terrible día” dijo.
La periodista y escritora Pilar Rahola, participó como oradora de fondo.
“Las víctimas de un atentado no mueren solo en el momento de morir, mueren cuando son olvidadas; cuando no existieron y cuando hay impunidad, cuando sus asesinos no pasan por la justicia y, en consecuencia, han muerto sin que la justicia haya puesto en su lugar el atentado y el asesinato que han sufrido” expresó Rahola.
En el acto simbólico se hizo el encendido de una vela blanca por parte de la primera dama de Panamá, Yazmín Colón de Cortizo, para recordar a los 20 fallecidos en el viaje aéreo, que iba de Colón a Panamá.
Esta tragedia ha sido considerada por Estados Unidos e Israel como un atentado terrorista. En 2018, el entonces presidente de la República, Juan Carlos Varela, pidió retomar las pesquisas luego de que Israel informara que podía compartir evidencias de que el grupo libanés Hezbolá estuvo detrás de la tragedia en Panamá.
La Fiscalía Superior de descarga reabrió el caso “para investigar un supuesto caso de terrorismo”.