Una sola picadura de los mosquitos hembra del género Anopheles es capaz de trasmitir las bacterias causantes de la malaria o paludismo, una enfermedad potencialmente mortal.
Se trata de una patología febril aguda, que en un individuo no inmune los síntomas suelen aparecer entre 10 y 15 días tras la picadura del vector y puede resultar difícil reconocer su origen palúdico, porque sus primeros síntomas son fiebre, dolor de cabeza y escalofríos.
Los parásitos que transmiten la malaria son cinco, pero los dos más peligrosos son el Plasmodium vivax y el Plasmodium falciparum, este último puede agravar la condición de salud de un paciente y causarle hasta la muerte, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En Panamá, el mayor número de casos de malaria se reporta en las poblaciones indígenas, por ello un equipo de científicos del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (Icges) en busca de las causas de esa situación realizó la investigación Representaciones Sociales de la Malaria en la Población Indígena de la comarca guna Madungandí.
Los investigadores se trasladaron a las comunidades de Incantí, Pintupo y Akua Yala, todas dentro de la comarca, donde identificaron que la principal barrera de los programas de prevención y control de la malaria es de índole cultural.
El investigador principal del estudio, Lorenzo Cáceres, explicó que en la cultura guna el problema básico que han encontrado es la diferencia lingüística entre la población de los grupos indígenas y los no indígenas.
Acotó que los funcionarios de salud que acuden a la región con los programas de prevención y control de la malaria viven esta situación al momento de aplicar las medidas correspondientes.
Ante esta situación, es que surge la medicina tradicional, la cual juega un papel importante, dado que salen a relucir rituales, porque los conceptos de salud y enfermedad entre los indígenas se relacionan con el mundo espiritual, mágico, religioso y con la naturaleza, sostuvo el investigador del Gorgas.
Los resultados de la investigación, publicados recientemente en Biomed Central —una editorial científica británica — evidencian que la población guna de Madungandí es una de las más tradicionales y conservadoras de su cultura entre los gunas, al igual que los indígenas de la comarca de Wardagandí, no así la población guna que vive en las islas del archipiélago de Guna Yala, la cual es un poco más liberal y receptiva que las que viven en tierra firme a las intervenciones del Ministerio de Salud (Minsa).
MALARIA EN LA COMARCA
La barrera cultura también se confirma en las cifras que maneja el departamento de Epidemiología del Minsa, ya que la mayoría de los casos se reportan en la comarca Guna Yala
El informe indica que en 2016 se examinaron por malaria 50 mil 772 muestras, resultando 811 positivas; 773 por Plasmodium vivax (748 autóctonos y 25 importados) y 38 Plsamoduim falciparum (21 autóctonos y 17 importados).
De ese total de 811 casos de malaria reportados el año pasado, 240 se registraron en la comarca Guna Yala.
Mientras que durante estos cinco meses del año en la comarca 140 indígenas han padecido malaria, de 344 que se han reportado en todo el país.
El documento detalla que 342 fueron por el Plasmodium vivax (327 autóctonos y 15 importados) y Plasmodium falciparum (2 importados).
Desde 2011 no se registraban en el país casos autóctonos por Plasmodium falciparum, pero el año pasad se registró un brote en Jaqué, distrito de Chepigana, provincia de Darién.
Los casos autóctonos por Plasmodium falciparum surgieron justo cuando la OMS lleva adelante la estrategia contra la malaria 2016-2030, con el fin de reducir la incidencia del paludismo en un 90%.
Toca reorientar la comunicación
La investigación apunta a que las autoridades de salud, para lograr controlar la malaria en la comarca Guna Yala, deben fortalecer y reorientar las estrategias de intervención en el área.
En ese sentido, el exministro de Salud José Manuel Terán indicó que se debe modificar la barrera intercultural de los pueblos indígenas para lograr prevenir y controlar el padecimiento. Añadió que hay que realizar ese reenfoque para lograr cumplir con la Estrategia Técnica Mundial contra la Malaria 2016-2030, de la Organización Mundial de Salud.
Por su parte, Arnelio Merry, de la Secretaría de Información y Comunicación del Congreso General de Guna Yala, aseguró que el problema que existe con la comunicación es que los funcionarios de Salud no explican a la comunidad indígena sobre los tratamientos y programas de prevención. Además, indicó que debido a esa situación el mensaje no llega a la población.