En los últimos años, varios proyectos de interés social no han logrado concretarse porque las licitaciones han sido declaradas desiertas o los actos públicos han sido suspendidos por reclamos de las empresas que no se han visto beneficiadas con la decisión.
Conocedores del tema, como el exdirector de Contrataciones Públicas Alexis Zuleta, y el presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), Julio De La Lastra, coincidieron en que hay dos razones que están ocasionando esto: deficiencias en la conformación de las comisiones evaluadoras de los actos públicos y una acentuada discrecionalidad en estos procesos.
De hecho, también están de acuerdo en que estos inconvenientes han llevado a que licitaciones, como la del proyecto para la construcción del nuevo Hospital del Niño, la relativa a la línea 3 del metro o la del Censo de Población y Vivienda 2020 no hayan avanzado.
Según Zuleta, hay que mejorar el sistema de contratación pública, sobre todo, en la parte de evaluación, de manera que las comisiones estén integradas por personas preparadas y alejadas de cualquier interés particular.
“El papel de las comisiones evaluadoras está siendo muy cuestionado en los proyectos macro. Están evaluando de manera subjetiva y oscura”, aseguró el experto.
Para el exfuncionario, estas comisiones deben contar con personal idóneo de gremios, como la Cámara de Comercios o la Cámara de la Construcción, para garantizar cierta independencia, ya que muchos de los que las integran son funcionarios de las instituciones promotoras de las obras, y allí comienzan los problemas.
En ese sentido, la Ley 22 de Contrataciones Públicas establece que las comisiones ”deberán estar constituidas por profesionales idóneos en el objeto de la contratación, sean servidores públicos o profesionales del sector privado”. Además, indica que deberán aplicar los criterios de evaluación contenidos en el pliego de cargos.
De acuerdo con el exdirector de Contrataciones Públicas fue el caso de la última licitación del Hospital del Niño, en la que después de nombrarse dos comisiones evaluadoras y luego de meses de evaluación, el proceso se cayó. “Eso es atentar contra el interés público. Hay que reglamentar mejor la conformación de estas comisiones y establecer responsabilidades por los dictámenes que salen de los informes de evaluación que se elaboran”, puntualizó.
Por otra parte, Zuleta considera que hay que convertir la Dirección de Contrataciones Públicas en una autoridad de compras, con un consejo directivo en el que participe el gobierno, donde se apliquen correctivos en materia de transparencia y lucha contra la corrupción.
“El Estado tiene que involucrarse en este tema. Aquí hay que fiscalizar, porque un funcionario puede fácilmente licitar una carretera para una finca personal. Allí empieza el problema de las zonas oscuras, porque no hay un sistema eficiente de control público”, añadió.
El modelo a seguir
El presidente del Conep subrayó que en los procesos de licitación hay una discrecionalidad excesiva, y recomendó imitar los procesos de compras de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).
“No recuerdo un caso de la ACP donde se caen licitaciones por reclamos. Estos actos públicos son transparentes y se escoge al mejor postor en un plano de igualdad de condiciones. La ACP no deja lugar a injerencias externas”, concluyó.
De acuerdo con De La Lastra, en los actos públicos de la ACP si se licitan bolígrafos de color negro se compran bolígrafos de color negro, y no se deja alguna discrecionalidad en el proceso.
En cuanto al tema de las comisiones evaluadoras, argumentó que estas no deben ser ni juez ni parte en los actos, como está ocurriendo en los últimos años.
“Hemos visto que las comisiones evaluadoras tienen cierto grado de subjetivismo y eso se debe evitar. Ellos son responsables de la escogencia del ganador en una licitación, y por eso hay que ponderar al mejor, pero basándose en lo que dice el pliego de cargos para que al final no se presenten impugnaciones”, manifestó el dirigente empresarial.
A su vez, dijo que un paso en la dirección correcta es elegir estas comisiones de forma aleatoria, porque no hay forma de crear favoritismo en las licitaciones. “Por allí hay que encaminar todo el esfuerzo. En Panamá necesitamos apostar a la transparencia y contra la corrupción. Una vez trabajemos en eliminar esa discrecionalidad avanzaremos enormemente en este país”, añadió.