La alta tasa de desempleo, la galopante informalidad y la baja en la recaudación de la cuota obrero patronal ha intensificado la crisis que por años ha estado acumulando el subsistema exclusivo de beneficio definido de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM).
El año pasado se perdieron 289 mil empleos y los funcionarios de la Caja de Seguro Social (CSS) han adelantado que tuvieron una caída del 40% en sus ingresos al cierre de 2020.
Con la cuota obrero patronal se financia el programa de pensiones, y todo cuanto ocurra en el mercado laboral afecta las recaudaciones.
Cuando se analiza la última información financiera de la CSS, que data de 2019, se puede concluir que solo el 15% de los informales en el país cotizó en la entidad.
Se llega a esta conclusión comparando la cantidad de cotizantes activos no asalariados de la CSS (110,830) —que por definición son informales—, versus el número de informales a agosto de 2019 (716,113).
Para 2020, los empleos informales no agrícolas ya habían llegado a los 777 mil 162.
Tomando en cuenta que el confinamiento a raíz de la pandemia paralizó la economía, probablemente disminuyó la cantidad de informales que pudieron cotizar en 2020.
Una de las tendencias más preocupantes es que el trabajador informal ya no es el “emprendedor de subsistencia”, dijo René Quevedo, consultor empresarial y analista de las dinámicas de empleo.
Sustenta su comentario en que según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República, entre 2018 y 2019 se generaron más de 52 mil empleos (todos informales), de los cuales el 72% involucró profesionales universitarios con más de 50 años, que decidieron emprender.